Ayer, 16 de julio, Miguel Bru hubiera cumplido 42 años. Justo José López, el único asesino que está cumpliendo condena, fue favorecido con las salidas transitorias la semana pasada, sin haber dado nunca un dato de dónde ocultaron su cuerpo después de torturarlo y asesinarlo en la Comisaría 9na.

El ex policía fue condenado a prisión perpetua en el año 1999 junto con el subcomisario Walter Abrigo por “torturas seguida de muerte” y la posterior desaparición de Miguel. El crimen fue hace casi 19 años. Abrigo murió preso y López hoy goza de las salidas transitorias. Mientras tanto, su familia aún no tiene un lugar donde llevarle una flor a Miguel. Ayer, como todos los años el día de su cumpleaños, su familia y amigos nos congregamos en el último lugar donde fue visto con vida, en la nefasta Comisaría Novena.
Miguel tenía 23 años y una vida entera por delante, que un grupo de policías, amparados por el entonces ex juez Amilcar Vara, todos funcionarios del estado, arrancaron por medio de la tortura, y luego, de forma organizada y brutal, ocultaron su cuerpo. Una vida entera que no pudimos compartir.
Ya se realizaron 40 rastrillajes buscando a Miguel. Su familia y amigos esperan algo que el tribunal que le dio el beneficio de las salidas transitorias a López no tuvo en cuenta; que él y sus cómplices den un paso para reparar el daño inconmesurable que causaron, rompan el pacto de silencio, y digan donde escondieron su cuerpo. Para que el próximo 16 de julio, en el 43° aniversario del nacimiento de Miguel, sea por fin otro el lugar donde realizar un homenaje en su memoria.