30
Ago
2011

13 Vigilias-18 años sin Miguel

Escrito por ambru el 01:31 3 comentarios
Categoria: Noticias

general1.jpg El 17 de agosto los familiares y amigos de Miguel, y los compañeros de la Asociación Miguel Bru, hicimos otra vigilia, la número 13, frente a la Comisaría Novena. Mucha gente se acercó a acompañarnos, viejos y nuevos amigos, familiares de otras víctimas de la policía, muchos jóvenes. Una vez más en esa esquinam en 5 y 59, que cada 17 de agosto hacemos nuestra, convocados por la ausencia de Miguel, rodeados de quienes de acercan a pesar del frío, en torno a la cocina improvisada de Néstor Bru –este año choripanes-, estremeciéndonos una vez más al escuchar las palabras de Rosa clamando por su hijo.

Rosa contó en la radio abierta una vez más los detalles de los años de lucha, del jury al ex juez Amilcar Vara, el juicio a los policías asesinos, la brutal estrategia de encubrimiento con la que quisieron tapar el crimen, el secuestro, las torturas, la desaparición. Una vez más porque aunque pasaron 18 años Miguel aún no aparece, y porque es necesario volver a contar “¿Dónde está Miguel?”, para que esa verdad no se olvide, y la conozcan los jóvenes que en 1993 eran unos niños - quizá ni siquiera vivían en La Plata- y para que no pase nunca más.

rosa-mendy.jpg En la Radio Abierta, Miguel Mendoza Padilla - a cargo de De Igual a Igual, programa que la A.M.B. y la Secretaria de DDHH de la Facultad de Periodismo llevan adelante desde 2005 en Radio Universidad de La Plata- entrevistó también a Rubén Calligo, de la Asamblea Permanente por los Derechos del Niño, quien difundió e invitó a participar de las distintas actividades que se organizaron en el marco de la “Semana de lucha contra la represión policial y la impunidad judicial y política”, que comenzó el 16 de agosto y culminan el día 22.
Como todos los años el “Negro” Angel Lema fue el operador que permitió que la radio se llevara adelante.

rosa-velas-2.jpg “Nuestro primer video: Querido Miguel”,presentado por Lucas Mac Guire, coordinador de la Casa de Cultura y Oficios (sede de la AMB en CABA), nos emocionó a todos. Luego, Maru Ludueña, a cargo del Taller de Periodismo Digital, contó en la Radio el proceso por el cual los chicos y chicas que participan del taller hicieron este trabajo.

18 años sin Miguel, 34 rastrillajes eternos buscándolo, sin resultados, y una vez más prendiendo velas con su nombre en la Comisaría Novena. Porque aún no lo tenemos para llevarle una flor. Para intentar poner palabras a esta ausencia, compartimos las que Rosa Bru escribió hace unos meses, y fueron publicadas en el Informe anual del Comité Contra la Tortura 2011.



DONDE ESTA MIGUEL

postermiguel2011.jpg Era 16 de julio en Pigüé, el frío nos entumecía un poco. La leña no calentaba tanto, pero como dice el dicho, la casa era chica pero el corazón muy grande. Eran años de trabajos precarios y salarios bajos. Algunas ayuditas de la señora donde limpiaba la casa hacían que el mes no fuera tan largo.

¡De ese 16 de Julio de 1970 no nos vamos a olvidar más! Sin duda alguna fue uno de los mejores días de mi vida, nacía mi primer hijo y realmente era muy bonito. Miguel nos pasó a alegrar la vida con su presencia.

Pero los tiempos duros seguían, las pocas posibilidades de estudio en el pasado nos complicaban. Cuando Miguel cumplió dos años, Néstor, su papá; se quedó sin trabajo y nos mudamos a La Plata.

Recuerdo las expectativas que teníamos, las ilusiones de prosperar; soñábamos que el día de mañana nuestro hijo pudiera estudiar, ser alguien. En el 75` nació su hermano Guillermo, eso lo hizo muy feliz. Dos años más tarde vino Diana, esta vez los celos lo ponían bastante malo con su hermanita, y al año siguiente se anunció el cuarto hermano. Con la paciencia colmada y sus escasos 8 años me miró enojado y me dijo “yo a vos te mato”. Eran años de escuchar mucho a Palito Ortega, a él le encantaba. Yo de alguna manera quería alegrarlo y le contesté “van a ser cuatro, igual que la familia de Palito”. Se quedó conforme pero no por mucho tiempo, en Noviembre llegaron las mellizas Silvina y Paola.

La primaria la hizo en la Escuela Nº2 de Berisso, andaba muy bien, era estudioso y según me decían las maestras muy bueno y solidario. La secundaria en el Normal 3 y el Benito Linch. Pasó sin sobresaltos.

Ya con 17 años se compraba el Página 12. Debo ser honesta, no lo comprendía mucho. Iba a las marchas de las Madres de Plaza de Mayo. Un día alguien le sacó una foto marchando con una bandera negra y mi pregunta fue “a quién se le ocurre marchar con una bandera así”. Miguel, con mucho entusiasmo, se tomaba el trabajo de explicarme el significado. Era todo nuevo para su papá y para mí que lo veíamos desde afuera, estábamos en otra.

Nos dio una inmensa alegría el día que nos dijo que iba a elegir su futuro y estudiar periodismo. Nadie se puede imaginar mi orgullo, hice un esfuerzo muy grande por ocultar las lágrimas de emoción, pero no podía cerrar la boca de la sonrisa que tenía, mi corazón estaba pleno, era un sueño cumplido, mi hijo tendría una profesión universitaria.

Siempre fue inquieto, solidario, muy comunicativo, podría contar muchas historias, y siempre voy a repetir lo mismo: era un gran compañero de sus amigos. Finalmente llegó un día, corría el año 92, en el que dijo que se iba a vivir solo, con unos amigos. Que él ya era grande.

chempes_69.jpg Vivían en la calle 69, tenían una banda de Rock y ahí ensayaban. Los vecinos, molestos por tanto ruido, llamaron a la policía. Hasta que un día, en el mes de abril del 93`, sufrieron un allanamiento ilegal, sin orden del juez, muy violento y a punta de pistola. Miguel, muy enojado, denunció ese atropello. Pero mi consejo era que dejaran de tocar la batería porque iban a tener problemas. Cuando en realidad el problema era la policía. Maldita policía. Malditos asesinos.

Las cosas se pusieron peor, Miguel era hostigado y amenazado permanentemente por los policías que denunció. Según el libro de guardia de la Comisaría Novena de La Plata (lo borraron y pusieron otro nombre encima, pero los peritos lo descubrieron), Miguel entró detenido en ese lugar el 17 de agosto de 1993. Los testigos del juici,o que eran los presos que estaban esa noche, dijeron que lo torturaron en la oficina de calle, pegándole en la panza y con una bolsa de nylon en la cabeza, hasta que no resistió más. El submarino seco de esos malditos.

fotomiguel.jpg Y ahí estaban sus amigos de la querida Escuela de Periodismo –hoy Facultad- compartiendo con la familia la noticia de que Miguel no aparecía, y comenzaron a organizar la lucha. Éramos la Comisión de Familiares, Amigos y Compañeros de Miguel Bru. Nos acompañábamos en la búsqueda de Miguel, organizamos marchas, festivales de rock -que era lo que le gustaba a mi hijo-, juntamos firmas, y principalmente apuntamos al reclamo de justicia, ya no sólo por Miguel, también por Andrés Núñez, torturado y desaparecido por la Brigada de Investigaciones de La Plata en el 90`.

También por Roberto Díaz, torturado por Walter Abrigo –uno de los asesinos de Miguel- durante 9 horas y media en la comisaría 5ª y donde el juez interviniente de los tres casos era el mismo: el cómplice de la policía juez Amilcar Vara. Finalmente fue destituido luego de muchísima lucha, en un jury político, cuya investigación arrojó el terrible resultado de ser el responsable de cometer irregularidades en 27 causas donde beneficiaba a la policía involucrada, y además se ordenó que se lo investigue.

pancarta-velas.jpg ¿Se hizo justicia? No señores. Empezar a aceptar la idea de que Miguel no volvería… Cada día que pasa es mas grande el vacío en nuestra casa. Al principio no me permitía poner una flor junto a su foto, porque para mi era aceptar lo peor. Recuerdo las primeras flores para Miguel, a dos años de su desaparición, se las regaló Alicia, la mamá de Maxi Albanese, otra víctima de gatillo fácil.
Finalmente en el 99` llegamos al juicio oral y público. La sentencia sentó un precedente muy importante, porque sin encontrar el cuerpo de la víctima condenaron a Walter Abrigo y Justo López a prisión perpetua. Pero nuestra pregunta seguía siendo ¿Dónde está Miguel? Se desvanecía otra esperanza, esperaba que algún policía dijese algo, pero nada. El silencio cómplice, el espíritu de cuerpo y el desprecio demostrado contra la condición humana de los que estaban esa noche del 17 de agosto en la novena es lo que permite que esa perdurable y dolorosa herida siga sin cicatrizar.

Y ellos son el sub-comisario Carmelo Forte, el sub-comisario Ernesto carrizo, el oficial Carlos Suárez, el oficial Omar Visiconte y el oficial Julio Gómez Sánchez (hijo), todos denunciados después del juicio, donde quedó demostrado que Miguel fue visto por última vez con vida cuando lo torturaban esa noche en la novena. Desde ese año, el 99, todos los 17 de agosto lo recordamos con una vigilia en la puerta de la comisaría donde hoy hay una placa con su foto y su nombre, desde las 19 hasta las 2 de la madrugada-que son las horas que estuvo secuestrado allí hasta que lo sacaron sin vida-, y seguimos exigiendo su aparición.

rosa-pancarta.jpgPasaron muchos años, 18 para ser mas exactos. Y vaya lo paradójico, la muerte de Miguel parió la Asociación, que lleva su nombre. Y lamentablemente otros Miguel cayeron víctimas de las balas de la bonaerense o de sus procedimientos delictivos de apremios y/o torturas, entre otros. Y desde la Bru los acompañamos y asesoramos en ese derrotero judicial cuyo fin es, nada mas ni nada menos, saber qué pasó, y que los responsables sean enjuiciados y condenados. Aunque haya funcionarios que se empecinan en parcializar y/o negar los hechos y las pruebas.

También pensamos en aquellos y aquellas en los que pensaba Miguel y siempre les tendía una mano. Los excluidos, “los Nadies”, como dice Galeano. Y desde la casa de Cultura y Oficios, sede de la Asociación en el barrio Parque Patricios- en Ciudad Autónoma de Buenos Aires- venimos desarrollando varias actividades de inclusión con jóvenes de sectores vulnerables.

rosa-marhca.jpg Sin duda el motor de todo esto es Miguel. Él me da fuerza todos los días para seguir la lucha por todos y todas. Y aunque cada 16 de julio, día de su cumpleaños, el lugar donde vamos a dejarle una flor es la puerta de la comisaría novena, no bajo los brazos, esos que te abrigaron el primer día de tu existencia en Pigüé, para seguir buscándote cada vez que alguien brinda algún dato de dónde te desaparecieron esos asesinos y sus cómplices.



PASARON 18 AÑOS DESDE QUE TE VI LA ÚLTIMA VEZ,
ERA DOMINGO Y SIENTO QUE FUE AYER.
¿DÓNDE ESTÁS MIGUEL?

Escrito por Rosa Schonfeld de Bru. Publicado en Informe anual del Comité Contra la Tortura 2011