19
Jul
2013

Gatillo fácil: Apelan el sobreseimiento de tres policías

Escrito por ambru el 21:16 Agregar un comentario
Categoria:

marcelo-monetenrgo.jpg La Asociación Miguel Bru presentó hoy la apelación al sobreseimiento de los policías Emmanuel Díaz, Nicolás Medina y Diego Calderón, de la Comisaría 48 de CABA, sospechosos del asesinato de Marcelo Montenegro, de 21 años, ocurrido hace un año atrás. Acompañados por la madre de la víctima, Rosa Montenegro, desde la ong pidieron además la ampliación de la pericial balística y otras pruebas en base a las fuertes sospechas de que se trata de un caso de gatillo fácil.

La apelación es la respuesta al sobreseimiento dictado por el juez de Instrucción Diego Slupski; recayó en la Sala B de la Cámara de Apelaciones, integrada por los jueces Mirta López González, Rodolfo Pociello Argerich y Alfredo Barbarosch. La Fiscalía de Cámara también consideró que la medida del juez resultaba prematura y sostuvo su apelación contra el sobreseimiento.

“Solicitamos que se continúe con la investigación para cumplir con derecho de acceder a la verdad de la familia y para evitar el cierre de la causa. Un joven fue asesinado y existen fuertes sospechas contra funcionarios del estado. Además el caso está lleno de irregularidades, para empezar como es habitual en el accionar de la policía, la escena del crimen quedó a cargo de la comisaría donde trabajan los mismos sospechosos, lo que amplía la situación de impunidad”, afirmó Rosa Bru, presidenta de la A. Miguel Bru, ong que patrocina a la familia.

Belén Beyrne, abogada de la ong, afirmó que las pericias balísticas contradicen la versión policial. La letrada explicó que las medidas solicitadas incluyen ampliar la pericial balística sobre el revólver de calibre 22 hallado cerca del lugar y que la policía atribuyó a Marcelo Javier Montenegro, así como sobre las 2 vainas servidas percutadas encontradas ya que una no corresponde a ese revólver. Por otra parte, agregó que se pidió un Dermotest sobre taco de piel de las manos de la víctima para ver si efectivamente había restos de pólvora.

Finalmente Beyrne dijo que desde la Asociación Miguel Bru pidieron la reconstrucción del hecho; un plano en base a inspección ocular; la búsqueda de testigos y la ampliación del informe de autopsia para aclarar inclusive una herida que tiene Marcelo sobre el labio y que pone en duda la versión de los imputados de que los tiros los efectuaron durante la persecución policial.

El caso

El 7 de julio de 2012 Marcelo Montenegro viajaba en un Renault Twingo con otro joven cuando la policía barrial de Ciudad Oculta los quiso parar por considerarlos sospechosos de robo. Los chicos no se detuvieron y al menos tres móviles policiales los persiguieron por dentro de las calles de la villa. Un patrullero se les acercó, donde iban tres policías: Díaz, Medina y Calderón. Según ellos Montenegro les disparó desde el auto Twingo mientras los perseguían. Las únicas constancias de esto son las declaraciones de los policías sospechosos. El móvil policial disparó cinco tiros contra el Twingo, y de esas balas una le perforó el pulmón a Montenegro y le causó la muerte.

Un elemento llamativo es que el hecho ocurrió a las 3.30am, pero el juez dispuso la intervención de Gendarmería recién 13 horas después. La escena del crimen fue preservada por la propia policía de la Comisaría 48. Los vecinos declararon que la policía no disparó durante la persecución sino cuando el auto ya estaba detenido. El Twingo había realizado una mala maniobra y había chocado contra un paredón.

Según la autopsia, Montenegro tenía una herida de paso de proyectil sobre los labios, lo que no se compadece con los tiros en persecución. Otro argumento de la apelación es que supuestamente el arma que llevaba Montenegro no fue hallada en el lugar, sino a un par de cuadras, y la descubrieron durante un rastrillaje hecho por la misma comisaría. Junto al arma -un revólver calibre 22-, según las fuentes oficiales había dos vainas servidas, de calibre 22. Una de ellas, según determinó la pericia balística, no se corresponde a ese revólver. “Además en el tambor había una munición trabada, lo que complica todavía más la versión oficial de balística”, sumó Beyrne.

“Consideramos que el juez actuó realmente sin importarle la vida del chico muerto, e incluso quiso sacarse la causa de encima con anterioridad, indicando la posibilidad de una defensa legítima de los policías. Los indagó al constituirnos nosotros como querellantes y luego sin solución de continuidad les dictó el sobreseimiento, que es lo que hoy apelamos”, afirmó Beyrne.