Tras la condena a 4 policías una camioneta atropelló al sobrino de Ariel Cannizzo
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Luego de la condena a prisión perpetua a cuatro policías por la muerte de Ariel Canizzo, su sobrino de 16 años fue atropellado por una camioneta que se dio a la fuga. La familia ya había manifestado su preocupación ante distintos hechos de hostigamiento policial previo al juicio, que incluyeron el hecho de que un policía le apuntara con un arma al mismo niño desde arriba de un móvil. La Asociación Civil Miguel Bru presentó una denuncia penal.
La AMB presentó una denuncia penal ante la UFI 17 de La Plata a raíz de que el sobrino de Ariel Canizzo fue atropellado por una camioneta que escapó la noche siguiente a que cuatro policías de la Comisaría Tercera de Berisso resultaran condenados a prisión perpetua por su muerte. La madre de la víctima y abuela del niño atropellado, Mónica Yllescas, venía denunciando hostigamiento policial en la previa y durante el desarrollo del juicio.
El Tribunal Oral y Criminal Nº 1 de La Plata condenó el 30 de abril último a prisión perpetua al ex capitán Ricardo de La Canal, los tenientes Roberto Percuoco y Ernesto Conti y el oficial principal José Antonio Cácere por “homicidio agravado en abuso por sus funciones en el cargo”. El 21 de octubre de 2011 los cuatro efectivos secuestraron a Ariel Canizzo de su casa y lo golpearon brutalmente, lo que le provocó una asfixia lenta por la que murió horas después en la Comisaría Cuarta de Berisso.
La madrugada siguiente a la sentencia, el sobrino de Ariel y nieto de Mónica, de 16 años, fue atropellado cuando iba en bicicleta a su casa por una camioneta y terminó internado unos días en el hospital de Berisso. La camioneta, de vidrios polarizados, lo levantó por el aire y huyó mientras el niño estaba tirado en la calle sin conocimiento. Momentos después arribaron varios patrulleros de la Comisaría Tercera de Berisso pero no realizaron acta ni otro tipo de investigación.
Durante el juicio, Mónica Yllescas afirmó ante el tribunal que se sentía insegura junto a su familia, porque la Comisaría Tercera queda a sólo tres cuadras de su casa. El año pasado mientras su nieto jugaba en la esquina la policía le frenó casi encima, le apuntaron con un arma y lo amenazaron. Mientras se desarrollaban las audiencias, lo volvió a parar la policía sin motivo, al igual que a uno de los principales testigos. Además, un patrullero estuvo varias horas parado una noche al lado de la casa, situación que ya había sucedido meses atrás.