La biblioteca Miguel Bru ya es una realidad en Parque Patricios
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Publicada en Infojus Noticias
Por Catalina Dowbley. Fotos: Leo Vaca
Abrió esta semana con el objetivo de integrar y conectar las distintas actividades que se realizan en la Casa de la Cultura y Oficios Miguel Bru. Hoy acuden más de 70 hombres y mujeres que participan de los cursos de formación. “Pensamos en este lugar porque es un corredor entre los barrios de la zona sur”, dijo el coordinador del lugar, Lucas Mac Guire.
Inauguraron una biblioteca popular que lleva el nombre de Miguel Bru, el estudiante de periodismo torturado, asesinado y desaparecido por la Policía Bonaerense en el año 1993. En el evento estuvo Rosa Schoenfeld, su mamá, que fue la encargada de romper la cinta en donde se repetía la misma pregunta que hace 22 años: “¿Dónde está Miguel?” Emocionada, celebró la iniciativa de los jóvenes y agradeció que hubiese un nuevo espacio en donde recordar a su hijo.
La Casa de la Cultura y Oficios Miguel Bru, en donde se encuentra la biblioteca, nació en el año 2007 como sede de los talleres que la Asociación Miguel Bru realizaba con pibes y pibas de la Isla Maciel. La usaban para editar los trabajos y para dar algunos talleres, pero terminó de tomar forma en 2008.
Hoy acuden más de 70 hombres y mujeres que participan de los cursos de formación de la Casa, y que pueden optar entre los talleres de oficios – electricidad, gastronomía, reparación de electrodomésticos-, el taller de música en donde se enseña batería, guitarra y piano, o el taller de comunicación en donde aprenden a hacer radio, a escribir, fotografía, video y multimedia. Este año también comenzó a funcionar un Bachillerato Popular.
La iniciativa de la biblioteca surgió como una pata transversal para integrar y conectar las distintas actividades que se realizan en la casa, que aunque se encuentra en Parque Patricios, recibe a personas de la villa 21-24, La Boca, Barracas, Zavaleta, Bajo Flores y Pompeya. La biblioteca está pensada como una forma de “abrir la casa a los vecinos”, aseguró a Infojus Noticias el coordinador de la Casa, Lucas Mac Guire.
“Nos dimos cuenta por los pedidos de la gente que tenían la necesidad de que sus hijos no estuvieran tan solos en la calle. La formación y la contención son una herramienta, un vehículo para llegar los jóvenes, para la prevención de delitos como el que hicieron con Miguel. La prevención desde el lugar de la reflexión y la comunicación, no desde el lugar de que se queden encerrados en sus casas. Y pensamos en este lugar porque es un corredor entre los barrios de la zona sur”, agregó.
En la misma sintonía, Rosa contó a Infojus Noticias: “Hoy tuvimos la visita de una mamá con su hijo, que nos buscó para pedir ayuda porque estaba tocando fondo, viviendo en situación de calle. Ella vio acá un lugar en donde él podía tener contención, para eso está la Casa”.
Natacha tiene 22 años y se acaricia la panza: dentro de unos días va a tener una nena. En el último año se mudó de Parque Patricios a Flores, una vez por semana atraviesa tres barrios y llega a cursar el taller de comunicación en la Casa de la Cultura y Oficios de la Asociación Miguel Bru. El del martes fue un viaje especial, se acercó a la Casa para participar en la inauguración de la biblioteca popular. Allí encontró a María, Mariano, Fiorella y Nicole, compañeros del taller. Ninguno quería perderse la inauguración.
En la biblioteca se pueden encontrar libros de los más variados: introducción a la filosofía, novelas, manuales, cuentos para adultos y niños. Laura, la futura bibliotecaria, fue una de las más entusiasmadas: “Leer te abre la mente y te da palabras para poder expresarte de mil maneras distintas”. Ella es una de las profes del taller de música y de ahora en más será la encargada de prestar y ordenar los libros.
La mayor cantidad de libros la aportó la familia de Lily Rodriguez, una docente que dedicó toda su vida a la educación y entre otras cosas sufrió el exilio. También hicieron su aporte profesores y vecinos del barrio.
Con la inauguración, la Biblioteca Miguel Bru es una más de las que integran la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares. En la casa esperan ensanchar pronto las estanterías de libros y tienen las puertas abiertas para recibir a todos los que quieran pasar a leer y a compartir un rato.
Debatieron sobre Violencia Institucional en la FPyCS
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Por Catalina Dowbley
El lunes 17 se cumplieron 22 años del secuestro, desaparición y asesinato de Miguel Bru. Entre las actividades que se realizaron hubo una jornada contra la Violencia Institucional en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, de donde Miguel era estudiante.
El miércoles 19 a las 10 de la mañana se realizó un panel del que participaron Rosa Bru – madre de Miguel y presidenta de la AMB-, Fernanda Nicora – madre de Sebastián Nicora, asesinado en Punta Indio en 2013-, Ayelén Antillanca – hermana de Julián, asesinado en Trelew en 2010-, Juan Manuel Morente- abogado de la Asociación Miguel Bru y de Madres de Plaza de Mayo- y Julián Axat- ex Defensor Penal Juvenil y Director del programa ATAJO.
En la charla Axat se preguntó por qué en democracia siguen desapareciendo personas y por qué sus cuerpos son eliminados. “En la mayoría de los casos las víctimas son jóvenes asesinados y luego las causas son fraguadas”, aseguró.
“Hoy hay más preguntas que respuestas”, destacó y subrayó la importancia del trabajo de las madres y familiares de las víctimas que están haciendo mucho por la violencia institucional. Axat también mencionó que “la categoría de desaparición de personas no es nueva, pero en el Código Penal hubo cambios muy importantes a partir del trabajo de las madres y familiares de desaparecidos desde la vuelta de la democracia”.
Por su parte, Juan Manuel Morente, abogado de la AMB, destacó la importancia de que se abran espacios de discusión sobre violencia institucional en la facultad, pero lamentó que espacios de discusión como esos no se dieran en lugares como la Facultad de Derecho. En relación con los casos de las víctimas de la violencia institucional mencionó: “En todos los casos los médicos tuvieron implicancia y fueron cómplices”.
“Los medios deben tener un rol más activo para visibilizar estos encubrimientos. Pero no son los únicos culpables. La justicia tiene mucha responsabilidad. Hay que discutir la participación de los policías médicos, hay un montón de médicos imputados con penas muy leves”, remarcó.
Miguel Bru tenía 23 años y estudiaba periodismo. En el año 1993 realizó una denuncia contra policías de la seccional 9° que allanaron ilegalmente la casa donde vivía. Desde ese día comenzaron a perseguirlo y hostigarlo: querían que retirara la denuncia. Miguel no hizo caso y el 17 de agosto de 1993 fue secuestrado, torturado, asesinado y desparecido por la Policía Bonaerense. Los testimonios de otros detenidos esa noche en la comisaría y las pericias sobre el libro de guardia, permitieron dar cuenta de que Miguel no sólo fue ingresado a la comisaría sino que lo sacaron muerto de allí.
Por la desaparición y muerte de Miguel fueron condenados cuatro ex policías, dos de ellos por encubrimiento y dos a prisión perpetua: Walter Abrigo y Justo López. Al día de hoy no queda ningún detenido por el crimen de Miguel. Abrigo murió en prisión y López, a pesar de haber sido condenado a cadena perpetua goza del beneficio de la libertad condicional.
En el año 2010, luego de que se realizaran más de 36 operativos, concluyó la última búsqueda del cuerpo de Miguel sin pistas sobre su paradero. Rosa Bru cree que es necesario investigar al resto de los efectivos que estaban esa noche en la comisaría, pero como todos los elementos que había fueron presentados como elementos en el juicio, y no hay nuevas pistas, la justicia cree que no es posible seguir investigando por falta de elementos.
La lucha por Miguel no cesa. Porque todavía nos preguntamos dónde está, porque todavía quedan respuestas por encontrar y realidades por cambiar para que no haya ni un solo pibe más asesinado por la policía.
“No hay maldita policía sin maldita justicia”
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Por Catalina Dowbley. Fotos: Eva Cabrera
Rosa Schoenfeld, la mamá de Miguel Bru, pasó la noche frente a la comisaría N° 9 de La Plata, donde su hijo fue visto por última vez, en 1993. A 22 años de su desaparición, familiares, amigos y estudiantes de periodismo de la Universidad de La Plata participaron del encuentro y llamaron a continuar la lucha. “Esto no empezó ni terminó con Miguel o con Andrés Núñez, esto es algo que sigue pasando”, sostuvo Rosa.
“Falta justicia. Falta un cambio para que haya una justicia democrática y falta un cambio en la policía. No hay maldita policía sin maldita justicia”, dijo Rosa Schoenfeld al cumplirse 22 años de la desaparición de su hijo, Miguel Bru.
En la vigilia frente a la comisaría 9°, el lugar donde lo vieron por última vez, la mamá de Miguel y presidenta de la Asociación Miguel Bru, llamó a continuar con la lucha: “Esto no empezó ni terminó con Miguel o con Andrés Núñez, esto es algo que sigue pasando. Por eso tenemos que luchar. Yo sé que a Miguel lo vamos a encontrar”.
La vigilia frente a la comisaría 9° es un ritual para los familiares y amigos de Bru, al que cada año se suman a participar más jóvenes. El encuentro contó con una radio abierta, proyección de videos y exposición de los trabajos realizados por pibes que asisten a los talleres de oficios de la Casa de la Cultura de la Asociación Miguel Bru.
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El primero en llegar fue Guille, uno de los hermanos de Miguel. Se trepó a un árbol y colgó un pasacalles negro, con una inscripción en blanco, que rezaba “¿Dónde está Miguel?”. Esa es la pregunta que se repiten hace veintidós años y por la que cada agosto se reúnen los familiares y amigos de Bru. Un rato más tarde, llegó Rosa con Diana –otra de las hermanas– y Abril, la pequeña sobrina de Miguel, que llevaba en sus manos una bolsita con las pantallas para las velas que prenderían en la puerta de la comisaría, el único lugar en donde pueden recordarlo. Néstor, el papá, preparó los choripanes y los demás pegaron afiches, ayudaron a acomodar los parlantes, el proyector, la pantalla.
El recuerdo de Miguel, y la pregunta que resuena sin respuesta, ya son parte de una identidad colectiva.
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Octavio, Andoni, Blas y Sofía tienen 20 años y llegaron desde Pigüé para acompañar a Rosa y a su familia en la vigilia. Son estudiantes de una escuela a la que bautizaron “Miguel Bru”, en el mes de julio. El nombre fue propuesto después de que uno de sus profesores les contara la historia de Miguel. Sienten que ese nombre los representa, porque la escuela, aseguraron, “es un lugar para la inclusión”. Para ellos, estar en la vigilia es importante “para que no pasen más casos como el de Miguel”.
Lucas tiene 21 años y es de Misiones. El caso lo conoció en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata. Su participación en la vigilia está anclada a su actividad militante: “El caso de Miguel es algo fuerte –comentó–, es algo que nos llama a la reflexión. Porque sabemos que ese tipo de cosas pasan todos los días, porque hace veinte años que no tenemos una respuesta sobre dónde está Miguel”. Y subrayó: “Nosotros hacemos las mismas cosas que hacía él, llevando adelante una práctica política comprometida, discutiendo en las aulas, hacemos lo mismo que hacía él pero en un contexto distinto. A él hace veinte años la policía se lo llevó impunemente”.
Rocío también estudia en la Facultad de Periodismo y sostuvo que lo que le pasó a Miguel le da una impresión que se agranda cada vez que recuerda que compartieron las mismas aulas. “Queremos encontrar respuestas, queremos encontrarlo y no vamos a dejar de venir hasta que sepamos dónde está”, compartió.
De la vigilia también participaron María, Mariano y Silverio. Ellos conocieron la historia de Miguel cuando se sumaron a participar de los talleres de la Casa de Oficios que tiene la Asociación. Juntos cubrieron la vigilia para el taller de comunicación y para acompañar a Rosa. La Casa de Oficios es un lugar “de contención”.
Ganar la calle
“Rosa es un faro de cómo transformar el dolor individual en reclamo colectivo y es también una forma de transformar ese dolor a partir de la lucha en las calles”, señaló Matías Moreno, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
“Esta vigilia nos encuentra en un presente en donde ha habido respuestas desde el Estado Nacional a la violencia institucional. Que tiene que ver con una mayor presencia estatal en los juicios por violencia institucional, y con el asesoramiento y demás. Sabemos que falta un montón, pero estamos acá”, agregó y destacó que “la violencia institucional tiene que ser erradicada definitivamente de nuestro país”.
La decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata, Florencia Saintout, hizo hincapié en el valor de la vigilia: “Es importante estar en la calle, porque lo que le pasó a Miguel no es algo privado es algo público. Es importante porque las calles son el símbolo de las luchas políticas y porque sí existe el olvido. Pero la memoria no existe, la memoria es algo que se construye. Que no es lo mismo que el recuerdo, la memoria se construye con decisiones, con militancia, con la ocupación del espacio público. Y la memoria sólo tiene sentido si está acompañada de la justicia”, destacó. Para Saintout, existe una identidad de lucha ligada a Bru que se renueva con las generaciones.
Una deuda pendiente
En todos estos años se realizaron más de 36 rastrillajes – el último finalizó en 2010– en los que no se encontró rastro alguno del cuerpo del estudiante. Por las torturas, el asesinato y la desaparición de Miguel fueron condenados cuatro ex policías bonaerenses: Walter Abrigo y Justo López, a prisión perpetua; el ex comisario Domingo Ojeda y el ex oficial Ramón Ceressetto, por encubrimiento. Al día de hoy, no queda ningún preso.
Miguel Bru estudiaba periodismo y tocaba en una banda de rock. En 1993, denunció a unos policías que habían allanado ilegalmente la casa donde vivía. Desde ese día comenzaron a perseguirlo y a hostigarlo para que retirara la denuncia. Miguel no hizo caso. El 17 de agosto cuidaba la casa de unos amigos cerca de Bavio, ahí lo secuestraron. Aunque los policías intentaron limpiar el ingreso de Miguel Bru a la comisaría, se encontró su nombre borrado en el libro de actas. Los testimonios de los detenidos aquella noche en la comisaría dieron cuenta de que no sólo Miguel había estado allí, sino que además lo habían torturado y sacado muerto de la comisaría.
La maldita policía se llevó la vida de Miguel hace veintidós años. Rosa se preguntó y se pregunta mil veces, con dolor, por qué. Ella cree que la justicia le debe a Miguel.
Vigilia y Jornadas por los 22 años de la desaparición de Miguel Bru
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Con motivo de cumplirse los 22 años de la desaparición de Miguel Bru en la Comisaría Novena de La Plata se realizarán diversas actividades conmemorativas. Como todos los años, el lunes 17 de agosto a partir de las 19 hs. tendrá lugar la vigilia frente a la Comisaría Novena , en calle 5 y 59 de la Plata , lugar donde fue visto por última vez con vida el estudiante de periodismo. El 19 se realizará una charla debate sobre la violencia institucional a partir de las 9.30hs en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP (Edificio Néstor Kirchner, en Diagonal 113 y 63), con presencia de familiares de víctimas y referentes del trabajo por los derechos humanos. Además, se inaugurará una Biblioteca popular en la Casa de Cultura y Oficios Miguel Bru, sede que la ong tiene en Ciudad de Buenos Aires.
El 17 de agosto se cumplen 22 años desde que nuestro compañero Miguel Bru, estudiante de periodismo, fue torturado, asesinado y desaparecido por policías de la Comisaría Novena de La Plata. Tenía veintitrés años. Días antes había denunciado a efectivos de esa dependencia por un allanamiento sin orden judicial en su casa. A partir de ese momento comenzó a ser amenazado y hostigado para que retirara la denuncia. Luego del jury de enjuiciamiento político al juez Amilcar Vara por el encubrimiento a la policía en la causa de Miguel y en otros 26 casos, se llegó en 1999 al juicio oral y público. Fueron condenados a prisión perpetua a los ex policías Walter Abrigo y Justo López, por torturas seguida de muerte, y por encubrimiento el ex comisario Domingo Ojeda y al ex oficial Ramón Ceressetto.
El 22 de agosto de 2002 se creó la Asociación para institucionalizar el trabajo que Rosa Bru y la Comisión de Familiares y Amigos de Miguel venían realizando. Para transmitir la experiencia adquirida en el marco de la lucha por el Caso de Miguel y ayudar a otras personas que pasaran o estuvieran pasando por experiencias similares. En estos 13 años la ong, que es apadrinada por León Gieco, ha brindado patrocinio jurídico, asesoramiento y acompañamiento a infinidad de familiares que acercaron sus dolores y ausencias, víctimas de la violencia institucional. Esta militancia la viene realizando junto a un equipo multidisciplinario que colabora con la entidad. En 2005 abrió en CABA la “Casa de Cultura y Oficios Miguel Bru , donde se trabaja en la promoción de la inclusión social y los derechos de adolescentes y niños y niñas en situación de calle.
¿Dónde está Miguel? La Vigilia
El 17 de agosto desde las 19 y hasta las 2 am se realizará la ya histórica vigilia frente a la Comisaría Novena-calle 5 y 59 de La Plata. El encuentro contará con una radio abierta, proyecciones de videos, exposición de fotos y trabajos realizados por jóvenes que participan de los talleres que se dictan en la Casa de Cultura y Oficios Miguel Bru.
La vigilia es un homenaje y una conmemoración simbólica que se realiza todos los años para reclamar la aparición del cuerpo de Miguel Bru. En diciembre de 2010 culminó, sin resultados, el último rastrillaje para encontrarlo. Ya se realizaron más de 36 operativos de búsqueda que no arrojaron resultados.
La familia de Miguel junto a la AMB , continúa exigiendo la aparición del cuerpo de Miguel, y la investigación penal al resto de los policías que estuvieron presentes en la Comisaría Novena la noche del crimen.
Jornada contra la violencia institucional
El 19 de agosto se realizará a partir de las 9.30 una jornada en el edificio Néstor Kirchner de la Fac. de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP , diagonal 113 y 63.
Los temas de la charla debate son:
-“La organización política como herramienta de lucha de los familiares de víctimas de la violencia institucional”
- “La acción jurídica frente al poder judicial en los casos de violencia institucional”
- “La violencia institucional en penales, comisarías e institutos.”
Participarán del Panel: Rosa Bru (mamá de Miguel y Pta. de la Asoc. Miguel Bru); Victoria Sánchez (mamá de Jordán López, asesinado en la Unidad N 32 de Florencio Varela); Norma Domínguez (mamá de Christian Domínguez asesinado en la Comisaría 1ª de Berisso); Juan Manuel Morente (abogado de la Asoc. Miguel Bru y de la Asoc. Madres de Plaza de Mayo), Nahuel Berguier (abogado de la Asoc. Miguel Bru), y Julián Axat, ex Defensor del Fuero Penal Juvenil de La Plata y Director del Programa ATAJO (Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia ). Los moderadores son Jorge Jaunarena y Alberto Mendoza, de la Secretaría de Derechos Humanos de la FP y CS de la UNLP e integrantes de la AMB.
Inauguración de la Biblioteca Miguel Bru
El martes 25 de agosto a las 13 hs. se inaugurará la Biblioteca “Miguel Bru” en la Casa de Cultura y Oficios Miguel Bru, en Andrés ferreyra 3555, Parque Patricios. A partir de los 6 meses de funcionamiento será reconocida como Biblioteca Popular por la CONABIP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares).
Participarán Rosa Bru, familiares de víctimas de violencia institucional de Ciudad de Buenos Aires, y los alumnxs de los distintos talleres de comunicación, música y oficios que se dictan en la casa, además de todo el equipo de capacitadotes y coordinadores de la sede.
En esta sede se dictan talleres de oficios como Computación, Electricidad, Cocina y Operador de Internet y Programación en articulado con el Centro de formación Profesional Nº 24 de Barracas. Además funciona el MultiTaller de Medios, con capacitación en Video, Radio, periodismo y foto; y los Talleres de Música: Guitarra, Piano, Canto y Batería.
Este año comenzó el Bachillerato Popular Primario y Secundario para jóvenes y adultos, en articulación con el Colectivo Subversiones.
Organizan y convocan: Asociación Miguel Bru, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
Confirmaron el procesamiento de los asesinos de Marcelo Montenegro
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Por Catalina Dowbley
La Sala V de la Cámara en lo Criminal y Correccional, confirmó el procesamiento de los tres policías que intervinieron en el asesinato de Marcelo Montenegro. Tres años después de idas, vueltas y reveses judiciales, por fin se hizo lugar al pedido de la familia de Marcelo Montenegro, representada por la Asociación Miguel Bru, y se ratificó el procesamiento de los tres policías que participaron del operativo que terminó con la vida del pibe de Ciudad Oculta, quedando la causa a las puertas de un juicio oral y público.
“Siempre estuve segura de que iba a tener la posibilidad de poder saber la verdad, ahora cuento los días para poder llegar al juicio” dijo Rosa Montenegro. “Esta decisión es el reconocimiento a la lucha y la perseverancia de la familia y el trabajo de los abogados de la causa, es la prueba de que si se pelea se puede. Cuando me enteré me emocioné mucho, siento a través de Marcelo la lucha por Miguel” declaró rosa Bru, presidenta de la Asociación Miguel Bru (AMB).
Emmanuel Díaz, Mario Medina y Diego Calderón son los tres oficiales de la comisaría 48 de la Ciudad de Buenos Aires, que hoy se encuentran procesados por el delito de homicidio agravado “por ser miembros de una fuerza policial y haber abusado de sus funciones”.
“Tres años y tres absoluciones después procesaron por homicidio agravado a los tres policías acusados del homicidio de Marcelo. A partir de esta medida se logró revertir la rutina judicial de convalidación acrítica de las actas policiales, ya que la versión policial va a poder discutirse en juicio oral y público”, explicó Nahuel Berguier, abogado de la AMB.
En tres oportunidades los imputados habían sido sobreseídos en primera instancia, pero las apelaciones presentadas por los abogados de la AMB , ordenaron la continuidad de las investigaciones. Finalmente, y luego que se ordenara el cambio de Juzgado de Instrucción, tres años después del asesinato de Marcelo Montenegro la justicia procesó a los tres imputados, lo cual fue ratificado en segunda instancia. Ahora la causa, a cargo del Juzgado de Instrucción nº 38 – de la jueza Wilma Lopez- llegará a juicio oral y público.
La bala que salió del móvil 148 de la Policía Federal atravesó el baúl, el asiento trasero, el asiento del acompañante y fue a parar directo al tórax de Marcelo Montenegro. Era la noche del 7 de julio de 2012. Los efectivos de la comisaría 48° perseguían un Renault Twingo dorado en el que viajaban Montenegro y un amigo, supuestamente sospechosos de un robo.
Un tiro acabó con la vida del Pela- como solían llamar a Marcelo- y dejó destrozada a su familia. Ya no fue él quien paseó el nombre de su madre tatuado en el brazo por los pasillos de la Villa 15. Ahora Rosa, su mamá, era quien caminaba con un cuadernito en el que anotaba los datos de la investigación personal que empezó para reconstruir lo que ocurrió aquella noche.
Estudió cómo impactaron las balas en el auto, habló con los vecinos. La versión policial decía que los dos pibes iban armados y que dispararon contra el patrullero. Los vecinos dijeron que el Twingo hizo una mala maniobra y chocó contra un paredón, que fue ese el momento en que los policías comenzaron a disparar.
Entre las irregularidades cometidas esa noche una de las más llamativas es que los hechos ocurrieron alrededor de las 3.30 de la madrugada, pero el juez dispuso la intervención de la Gendarmería trece horas más tarde. La comisaría 48, la misma a donde pertenecían los tres policías ahora imputados, fue quien quedó a cargo de la conservación de la escena y las pruebas.
La autopsia determinó Marcelo Montenegro tenía una herida de paso de proyectil sobre los labios. Una herida que no concuerda con la dirección de los tiros en una persecución. El supuesto arma que llevaba Montenegro no fue encontrada en la escena del crimen, sino unas cuadras más allá, y la descubrieron en un rastrillaje que comandó la misma comisaría.
El Pela tenía 21 años, hacía changas, trabajaba en la panadería del barrio y como ayudante de albañil. Desde esa madrugada ya no lo vieron más caminando por la villa 15 ni en la canchita. Cinco tiros impactaron contra el auto en el que viajaba aquella noche, uno alcanzó para arrebatarle la vida.