Entrevista a León Gieco y Rosa Bru
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Entrevista realizada por los alumnxs de periodismo de la Casa de Cultura y Oficios Miguel Bru
“La lucha de Rosa Bru y Miguel han salvado a miles de chicos de que los mate la policía”, lo dijo en cantautor León Gieco en una entrevista exclusiva con los estudiantes del taller de Medios de la Asociación Miguel Bru, luego del recital que dio a beneficio de esa institución el domingo 14 de junio en el teatro Argentino de La Plata.
Durante el concierto, que fue también un homenaje a Rosa, la facultad de Periodismo de esa ciudad le entregó el premio Rodolfo Walsh por su lucha contra la violencia institucional. Gieco destacó que la mamá del estudiante platense desaparecido en 1993 es una “resiliente”, porque transformó su tragedia personal en un emblema de justicia. “Quién iba a saber que ella iba a luchar toda su vida, que se iba a convertir en alguien popular, alguien que si se para frente a una comisaría es un dolor de cabeza para los policías. Y lo hizo saliendo a la calle, si no se plantaba con ese trailer frente a Tribunales yo no hubiera ido a saludarla porque no la hubiera visto”, dijo el músico sobre ella.
Durante el recital hubo momentos de gran emotividad, cuando los estudiantes del taller subieron al escenario para cantar Sólo le pido a Dios, junto a Gieco, y poco antes habían sostenido un cartel que decía “¿dónde está Clara Anahí Mariani?”, en alusión a la nieta que Chicha Mariani busca desde hace 38 años. En el inicio también había sido intensa la ovación del teatro lleno cuando recibieron a Rosa Bru y a Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Aunque ya estaban a punto de partir, arriba del micro, los estudiantes tuvieron finalmente la oportunidad de conversar con el artista, quien habló de sus inicios, de su apodo, la libertad de tocar a beneficio y su historia común con Rosa Bru.
“Todo empieza cuando uno se compra una guitarra, pero no alcanza eso, puede que haya alguna influencia familiar, yo subí al escenario del colegio a los siete años, y a los dieciocho me vine a Buenos Aires”, relató Gieco.
–¿Por qué elige hacer canciones populares?
–Uno hace canciones, es la gente que las hace populares porque las elige.
–¿Qué consigue haciendo un recital a beneficio?
–Soy un agradecido porque aparte de tocar comercialmente puedo darme el lujo de tocar para personas que lo necesitan. Es mucho mejor, no hay dinero de por medio ni compromisos, hay pura libertad, satisfacción de hacer algo por alguien y no hay nada más aburrido que no hacer nada por nadie. La verdad, la gente casi nunca hace nada por nadie.
–¿Cómo conoció a la Asociación Miguel Bru y cómo decidió ser su padrino?
–Primero conocí a Rosa en su lucha y por la búsqueda de su hijo y justicia. Rosa hizo la Asociación y el Taller.
(En ese momento responde Rosa)
–El ideólogo de la Asociación es León, vino a tocar a La Plata sobre la vereda del Rectorado, quería saber qué hacíamos, y fue él quien dijo ‘vamos a hacer una asociación para que otros casos no estén solos’, porque no todos los casos tienen una facultad detrás como teníamos nosotros, la facultad de Periodismo.
–¿De dónde viene su apodo?
–Yo había roto un instrumento y me dijeron que era el rey de las bestias, de los animales, de ahi León. Son esas cosas misteriosas, suenan graciosas. A los 15 días de ponerme ese apodo hasta mi mamá me llamaba León. Mi nombre es Raúl Alberto Antonio Gieco. Si tuviera la posibilidad de cambiarme el nombre lo haría. León es un nombre ruso muy antiguo que volvió a estar de moda. A veces me dicen ‘mi hijo se llama como vos’, pero yo me llamo Raúl (risas).
–¿Sería su nombre artístico?
–Claro.
–Rosa, ¿qué sintió cuando recibió el premio?
–Sentí vergüenza, siempre pienso cómo agradecer a la facultad. Me siento honrada, no esperaba todo lo que me dijeron (por un video que fue exhibido y que la emocionó).
–León ¿cómo es tocar con famosos?
–Es un regalo de la vida, dentro de la problemática de ser cantante en esta realidad. Igual que Rosa, si no le hubiera pasado lo que le pasó no seria tan conocida y amada, claro tendría a su hijo (Rosa dice “obvio”). Rosa es popular, pero hay un montón de madres que pasan por lo mismo y se resignan. Ella no, porque es una resiliente, salió a la calle y se instaló ahi con su trailer (Gieco se refiere al año 2000 cuando Bru exigía la condena firme del asesino de Miguel por parte de la Cámara de Casación).
Presentaron un manual para actuar frente a la violencia institucional
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Publicada en Infojus Noticias
Foto1: TELAM. Foto 2: Sec de Prensa Facultad de Periodismo y Com. Social UNLP
Está destinado a docentes, niños y adolescentes. Allí se explican cuáles son sus derechos y cómo actuar frente a las formas más graves de violencia institucional. “A mí me quedó la experiencia de no saber dónde recurrir”, dijo Rosa Bru.
Derecho a circular libremente y a expresar opiniones, derecho a no ser detenido sin orden judicial y derecho a llamar a un abogado. Esos son algunos de los puntos destacados del manual “Los derechos humanos frente a la violencia institucional”, que se presentó hoy en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de la Plata. El texto, que llegará a las escuelas primarias y secundarias de todo el país, fue elaborado por equipos de los ministerios de Justicia y Derechos Humanos y de Educación de la Nación.
El manual, que puede ser descargado del sitio educ.ar , presenta una propuesta pedagógica a partir de una definición de la violencia institucional que contempla las formas más graves de vulneración de derechos de las niñas, niños y adolescentes, como las detenciones arbitrarias o distintas formas de apremio que utilizan los integrantes de las distintas fuerzas.
En el aula 25 de la unidad académica, Rosa Schönfeld de Bru, madre de Miguel Bru, y Raquel Witis, madre de Mariano Witis, dieron testimonio sobre la desaparición y el asesinato de sus hijos en manos de la policía de la provincia de Buenos Aires, en plena democracia. “A mí me quedó la experiencia de no saber dónde recurrir”, dijo Rosa, tras recordar que para buscar a su hijo lo primero que hizo fue recurrir a la policía, la misma fuerza que se lo arrebató. Recalcó por eso la importancia de que el manual también llegue a los padres.
Raquel contó cómo se trabajó desde el área jurídica de la Secretaría de Derechos Humanos para la elaboración del manual que define la violencia institucional. “Nos referimos a situaciones que involucran necesariamente tres componentes: prácticas específicas (asesinato, aislamiento y tortura, entre otras), que llevan adelante o para las que prestan complicidad determinados funcionarios públicos, en contextos de restricción de autonomía y libertad (situaciones de detención, de internación y de instrucción)”.
“Cuando un funcionarios del Estado abusa de su poder y niega derechos estamos ante una violación a los derechos humanos”, dijo Raquel y resaltó: “Para saber cuándo esto sucede, tenemos que conocer nuestros derechos y cómo tiene que ejercer las acciones el funcionario”.
Seguidamente enumeró: “hay que recomendarles a los jóvenes que salgan con documentos a la calle” y acto seguido remarcó que “todos tenemos derechos a reunirnos en plazas, a cuestionar o reclamar pacíficamente, y a dar nuestras opiniones”.
Antes, Jorge Jaunarena, el secretario de Derechos Humanos de la facultad que se había encargado de presentarlas, remarcó la importancia de que este trabajo llegue a manos de los más jóvenes que “son las principales víctimas de la violencia institucional”. Recordó que, según el último informe de la Casación Penal bonaerense, el 96% de los niños y niñas que se encuentran en situaciones de detención sufrieron violencia por parte de los funcionarios que deberían velar por sus derechos.
El coordinador de los Programas para la Inclusión Democrática en las escuelas del Ministerio de Educación, Gustavo Galli, como el director de Formación en Derechos Humanos de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Matías Moreno, destacaron al manual como parte de las políticas públicas de promoción y protección de los derechos humanos que lleva adelante el Estado nacional.
Galli aseguró que “este manual no podría haber llegado a las escuelas sin un marco de políticas públicas de promoción y respeto por los derechos humanos y de memoria que así lo favorezcan”.
“Para que esto no suceda más tenemos que profundizar la democracia y también educación, en términos de la memoria”, afirmó. Como ejemplo, sobre el rol de la institución educativa, recordó la lucha por la memoria de Ezequiel Demonty, arrojado por la policía al Riachuelo desde un puente que, ahora, por iniciativa de sus compañeros lleva su nombre.
Moreno, por su parte, se refirió al manual como una herramienta para dar la batalla cultural contra el sentido común que hoy “estigmatiza a ciertos grupos” para legitimar la violencia institucional dirigida a esas clases subalternas. “Por el contrario, queremos que una cultura de derechos humanos atraviese a todas las instituciones”, dijo.
Una guía sobre derechos y cómo ejercerlos
El manual destaca el derecho que tiene todo habitante a circular libremente y expresar libremente sus opiniones, enseña que nadie puede ser detenido sin orden judicial correspondiente y detalla que en caso de ser detenido asiste el derecho a negarse a declarar, a negarse a la extracción compulsiva de sangre y a negarse a reconocer objetos secuestrados.
También enseña que los jóvenes tienen derecho a llamar a un abogado; que si son menores deben ser comunicados de manera inmediata con sus padres y en el caso de ser una mujer la detenida, ésta no debe ser “cachada” por un varón y precisa que la revisación “no incluye revisación ginecológica”.
El cuadernillo incluye una serie de actividades que el docente puede plantear a sus alumnos para trabajar cada uno de los aspectos vinculados a la violencia institucional; provee casos típicos de violencia institucional y prevé que los niños y adolescentes analicen el rol de los medios de comunicación en la cobertura de hechos de violencia institucional.
En la primera sección, se presentan los núcleos centrales de la noción de violencia institucional desde el paradigma de los derechos humanos. En la segunda sección hay algunas orientaciones generales para la intervención educativa y en la tercera una serie de actividades facilitadoras para trabajar con los y las alumnos/as. Si bien las mismas están diseñadas de modo secuencial, pueden ser utilizadas por separado o en distinto orden.
La policía mató a su hijo y ella combatió el relato policial
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Por Julia Muriel Dominzain – Publicada en Cosecha Roja.-
Rosa Montenegro pasó la noche entera buscando a su hijo entre la Comisaría 48 de Ciudad Oculta y el Hospital Santojanni. Primero le dijeron que estaba detenido, después que había chocado en Piedra Buena y Saraza y más tarde, que estaba muerto. La versión oficial fue que Marcelo Montenegro -El Pela- iba con un amigo en un auto, que estaban armados y que la policía disparó “repeliendo una agresión”. Rosa no les creyó y se puso la investigación al hombro: analizó las marcas que quedaron en el auto, habló con los vecinos, contactó a la Asociación Miguel Bru y peleó en los tribunales. La Justicia sobreseyó tres veces a los policías hasta que una jueza desestimó el relato policial del enfrentamiento y los procesó. “El auto recibió cinco balazos y murió Marcelo y el patrullero no tiene ni un signo de ataque: queremos discutir qué pasó en un juicio oral y público”, dijo a Cosecha Roja Nahuel Berguier, abogado de la familia.
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El Pela tenía 21 años, hacía changas, trabajaba en la panadería del barrio y como ayudante de albañil. Cuando estaba ocupado, era cuando de mejor ánimo lo veía su familia. En el brazo llevaba tatuado el nombre de su mamá y estaba a punto de presentarle a la novia. Su hermano de 20 era uno de sus mejores amigos. Mía, su hermanita de poco menos de dos años, era su debilidad. Cuando el 7 de julio de 2012 lo mató la Policía Federal, la familia se paralizó.
- A Pela lo mató yuta ¡pum! – dijo Mía poco tiempo después del crimen.
La nena apenas sabía hablar y Rosa se impresionó. Ese fue el momento en el que supo que tenía que hacer algo, contó Cosecha Roja. Entonces fue a ver el auto, reconstruyó la escena, habló con los vecinos, se acercó a la Bru -una asociación que acompaña a las familias víctimas de violencia institucional con asesoramiento jurídico y contención- y conoció a Rosa Schonfeld, la mamá de Miguel, que la alentó cada vez que se desanimó.
- Me dijeron que no – contaba la mamá del Pela cuando volvía de Tribunales con una pálida.
- No importa. Vos seguí yendo. Te van a decir mil veces que no, hasta que un día te dicen que sí – respondía Rosa.
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Esa noche de julio, Pela estaba con amigos en la canchita a donde solía parar. “Vamos a lo de mi primo y venimos”, le dijo El Chino y salieron. Según cuentan en el barrio, alguien les pasó la llave de un Renault Twingo dorado que estaba estacionado en la cuadra desde hacía tres días. El relato policial cuenta una de las versiones de lo que pasó después:
“Personal del cuerpo de policía de prevención radial alertó sobre un auto que entró a toda velocidad a la villa. De acuerdo a lo que dijo un vecino, los dos ocupantes estaban armados. El móvil 148 tomó la Avenida Eva Perón, dobló en Lisandro de la Torre y vio al auto salir por la calle La Rosa. Lo persiguieron. Tomaron Zuviría por Piedra Buena y el ‘acompañante sacó una arma de fuego por la ventanilla y efectuó dos o más disparos’. Vieron que ‘un elemento cae del vehículo’. Repelieron la agresión. Ambos vehículos doblaron. El Twingo perdió el control, derrapó y colisionó contra un paredón. En el marco de dicha prevención, Maturano fue detenido y Montenegro recibió un disparo de arma de fuego por parte de los preventores que provocó su muerte”
[color=white]En la causa figuran los diálogos por radio entre los policías:
Móvil 148: – Por Lisandro de la Torre lo tengo al Twingo, va en velocidad yendo hacia lo que es Elefante Blanco. Se está yendo a la fuga, que vayan los móviles por Piedra Buena.
Trinomio 3: – Comando, según un vecino se encontraban armados los dos, eh.
Móvil 148: Se dio un palo. Chocó, chocó, Piedrabuena y Goleta.
Comando: Piedra Buena y Goleta los móviles en código 3.
Móvil 148: Prioridad enfrentamiento.
El choque y los disparos fueron a las 3 y media de la mañana y el juez dispuso la intervención de Gendarmería recién 13 horas después. Todo ese tiempo, la escena del crimen fue “preservada” por los mismos policías de la 48. En ese lapso secuestraron un arma a seis cuadras de distancia del choque en un charco de agua estancada. Según las pericias, tenía “una sola vaina percutida y un proyectil obturado”. Hay dos posibilidades: que directamente no tuvieran arma o que fuera cierto que el arma que encontraron a seis cuadras era de ellos. En cualquier caso, al momento del choque y del supuesto enfrentamiento estaban desarmados. “Inexplicablemente, la mención al enfrentamiento se efectuó con posterioridad a la colisión”, escribió la jueza Wilma López.
El Pela murió porque un proyectil entró por la zona izquierda del baúl, atravesó el respaldo del asiento trasero y el delantero derecho e impactó en su tórax. Otra bala rozó su labio.
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El juez Diego Slupski sobreseyó a los policías tres veces. La Asociación Miguel Bru apeló, “para que se continúe con la investigación, cumplir con derecho de acceder a la verdad de la familia y evitar el cierre de la causa, en la que existen fuertes sospechas contra funcionarios del estado”, dijo Rosa. En los dos primeros casos, la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional que no había méritos para procesarlos o sobreseerlos. En la tercera oportunidad decretó la nulidad de la decisión y apartó al juez de la causa. “Las resoluciones de Slupski eran la clásica y rutinara convalidación ciega del accionar policial por parte del Poder Judicial. La firme decisión de la familia y el acompañamiento permanente de Rosa Bru pusieron en evidencia que existe un relato distinto al de las actas policiales”, dijo el abogado Berguier.
Cuando la causa llegó a López, la jueza procesó a Emmanuel Alejandro Díaz (iba como acompañante), Mario Nicolás Medina (manejaba) y Diego Marcelo Calderón (iba en el asiento de atrás) como coautores penalmente responsable del delito de homicidio agravado por ser miembros de una fuerza policial. Se basó en el concepto de “convergencia intencional” del fallo por el caso de Mariano Ferreyra: “Si plurales sujetos deciden de manera conjunta asumir riesgos jurídicamente desaprobados, cualquiera de los dos que concreten el resultado se extiende a todos, porque ese riesgo se corre de manera conjunta”, escribió.
El disparo policial estuvo por fuera de la Ley Orgánica de la Policía Federal y del Código Procesal Penal de la Nación. Las armas reglamentarias se pueden accionar “sólo en defensa propia o de las otras personas y ante el peligro inminente de muerte o lesiones graves”. Además, el artículo 8 inciso de la Ley 21965 especifica que “no se efectúan disparos contra vehículos en movimiento para forzar su detención”.
En 2014, las fuerzas de seguridad mataron a 154 personas en la Región Metropolitana de Buenos Aires. Los datos son el Informe Anual del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Desde 2004 no se registraba un número tan alto. “Los proyectos populares en América Latina viven una tensión en materia punitiva: mientras amplían derechos de los pibes de los sectores populares (educación, salud, trabajo) y los convocan masivamente a la participación política y a la construcción de ciudadanía, todavía tienen una deuda respecto a la violencia de las fuerzas policiales”, dijo Berguier.
Rosa Bru recibió el Rodolfo Walsh en el recital de León Gieco
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Por Maru Ludueña
Rosa Bru -madre de Miguel, el estudiante asesinado y desaparecido en la comisaría novena el 17 de agosto de 1993- recibió el Premio Rodolfo Walsh de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde estudiaba su hijo. Fue ante un Teatro Argentino repleto, en el concierto “Folclore y Rock” que León Gieco realizó anoche a beneficio de la Asociación Miguel Bru. El show recorrió la lucha de mujeres de todo el mundo, compartió las historias que forjaron la identidad de León y siguió con una celebración rockera y los himnos emblemáticos del músico que apadrina a Rosa y a la organización desde los primeros días de su lucha en las calles.
En la primera parte del show, León tocó acompañado por “Las guitarras del amor” y repasó un repertorio bien latinoamericano. Habló de su apoyo a la lucha de Rosa y jugó con la idea de que los autores de esas canciones bien podrían estar invitados esa noche, apoyando la causa Miguel Bru. “Para Alfredo Zitarrosa, el cantor de los universitarios como Miguel”, dijo León -vestido con la remera negra con la cara del estudiante desaparecido-, y arrancó el concierto con Zamba por vos: “Yo no canto por vos /te canta la zamba /y dice al cantar/no te puedo olvidar”
“Podría estar acá Víctor Jara y lo mató la junta asesina”, dijo y cantó “Los chacareros de dragones”. También hizo lugar a Violeta Parra, Jorge Cafrune, Hamlet Lima Quintana y Atahualpa Yupanqui. “La siguiente parte del recital la voy a dedicar a Rosa y a todas las mujeres que lucharon y luchan en el mundo”, dijo León. Por la pantalla desfilaron referentes de todo el mundo: desde la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, hasta María Elena Walsh -fue el momento en que León cantó “Como la cigarra”- Mercedes Sosa, Alicia Moreau de Justo, Nora Cortiñas, Leda Valladares, Evita, pero también Sinéad O’ Connor, Amparo Ochoa, Frida Kahlo, Simone de Beauvoir, entre tantas.
Después de la proyección de un video, que recogió la lucha de Rosa Bru y contó con los testimonios de Carlotto y el periodista Cristian Alarcón, que destacaron la tenacidad y el espíritu de lucha de la madre de Miguel, llegó el momento de la entrega del premio. Subieron al escenario los jóvenes de la Casa de Cultura y Oficios de Parque Patricios -donde la Asociación Miguel Bru lleva a cabo talleres y cursos-. Llevaban una bandera con un reclamo: ¿Dónde está Clara Anahí? Se referían a la beba desaparecida en 1976 por el terrorismo de Estado, con la que su abuela Chicha Mariani aun no ha podido abrazarse.
Al entregar el premio Rodolfo Walsh, la decana de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, Florencia Saintout, contó en pocas palabras su sentido: “Es un premio político -dijo-. La Plata es la ciudad de las madres, de las abuelas, de las mujeres que luchan. Rosa ha sabido hacer un camino de lucha con la valentía de enfrentarse a los poderosos y a las injusticias con el amor y la templanza de una madre que pelea por su hijo. Supo que lo que a ella le pasaba, no era solo a ella, y que caminar con otras y otros era un modo de transformarse y transformar”. En primera fila, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; integrantes de HIJOS La Plata, activistas de derechos humanos, y el público que había agotado las entradas unos días antes, aplaudió fuerte.
Saintout habló de Rosa como “una compañera entrañable, docente de aulas y calles, ejemplo cotidiano y faro permanente”. “Para mí, como militante, caminar con Rosa es tener el profundo honor y la inmensa posibilidad de luchar con la inteligencia del corazón y la firmeza de la verdad”, dijo la decana. El Rodolfo Walsh es un premio a la comunicación popular latinoamericana, que ya recibieron -entre otros- la presidenta Cristina Fernández de Kirchner; los presidentes Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador); Hugo Chávez Frías (Venezuela), el mismo León Gieco, Estela de Carlotto, Hebe Bonafini, Susana Trimarco, Eduardo Galeano, Silvio Rodríguez, Calle 13, La Renga, la revista La Garganta Poderosa, Diego Maradona y Víctor Hugo Morales.
“Rosa siempre ha trabajado en la construcción de un camino alternativo de producción social de sentido y de la circulación de la información en su militancia, por el esclarecimiento de la causa manipulada por el Poder Judicial, donde su organización se convirtió en una vía eficiente y transformadora de comunicación popular y de militancia por los derechos humanos, haciendo un profundo aporte a la construcción de nuestra identidad”, dicen los fundamentos del Premio aprobados por la Facultad de Periodismo y Comunicación.
Rosa agradeció a los presentes, mandó un abrazo especial a la Abuela de Plaza de Mayo Adelina Dematti de Alaye (”que se ponga fuerte”) y recordó: “Me acuerdo cuando todo esto empezó. Los chicos, que ya no son chicos, venían a mi casa, me decían tenés que hacer esto y lo otro, yo no tenía mucha idea. Y recuerdo que cuando la vimos a Estela ella dijo: había que hacer algo pero no con ella sola sino con todos los organismos de derechos humanos. Gracias Estela por todo lo que hiciste. Dios te premió y te devolvió a tu nieto, y eso fue lo más grande que pudimos ver”, dijo Rosa a la presidenta de Abuelas.
La madre de Miguel agradeció a los estudiantes que la acompañaron: “Nada hubiéramos podido hacer si no fuera por el compromiso y el acompañamiento de los estudiantes y las autoridades. Me da un poco de vergüenza recibir este premio, siempre pienso en cómo devolverles tanto y ellos me otorgan la distinción más importante”, y llamó a los integrantes de la Asociación Miguel Bru a subir al escenario con ella para un abrazo. Rosa también gradeció a las madres de víctimas de violencia institucional. Y contó que una escuela de Pigüé -donde nació Néstor, su esposo, el padre de Miguel- llevará en breve el nombre de su hijo.
“La vida continúa. La vida nos premió con la memoria, con la lucha por Miguel, con todos los pibes que hoy nos acompañan, y con una familia que creció. Hoy tengo cuatro nietos y un bisnieto, ellos son un gran premio”, dijo Rosa. También agradeció a las autoridades y al personal del Teatro Argentino por ese concierto a beneficio de la Asociación. “La distinción la tomo no como un reconocimiento a mí sino a toda la Asociación Miguel Bru que trabaja “contra la violencia institucional, contra el abuso, torturas, gatillo fácil” y de la cual León Gieco es padrino”, cerró Rosa.
El reclamo de justicia
Antes de retomar el show, León se puso la visera de la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional. Se la entregó ahí mismo el diputado Leonardo Grosso y la locutora recordó los ejes de la campaña: “Mi cara, mi ropa y mi barrio no son delito. Esto solo puede terminar si toda la sociedad se pone la visera”.
La noche siguió con los integrantes de HIJOS La Plata, quienes entregaron a León su remera de 20 años: “Fue hace 20 años. Y León estuvo allí para abrirnos la puerta. El 20 de abril de 1995 en el Homenaje a las y los estudiantes desaparecidos de la Facultad de Humanidades nos invitó a cantar “Solo le pido a Dios” en el escenario. Él tal vez no lo sepa, pero en ese acto se transformó en el partero de una organización que nacía: H.I.J.O.S (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) de La Plata”, expresaron. Entre ellos estaba Matías Moreno, hoy director de Formación de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Matías es el hijo del abogado laboralista Carlos Moreno, que defendía a los obreros de Loma Negra y fue asesinado en la dictadura.
La segunda parte del concierto, “Rosquín folclore, Rosquín rock” fue bien potente, con León acompañado de la banda Infierno 18. El público festejó bailando las versiones rockeras de “El ángel de la bicicleta” y “Solo le pido a Dios” -donde cantó acompañado por los jóvenes que participan de la Casa de Cultura y Oficios de Parque Patricios-. Y después de los bises, al terminar el concierto, los estudiantes de esos talleres de medios le realizaron una entrevista al músico.
El dinero recaudado será destinado a sostener las actividades de la Asociación Miguel Bru en el espacio que funciona en la Ciudad de Buenos Aires, y en las actividades que se llevan a cabo en La Plata.
Ya se realizaron alrededor de 40 rastrillajes buscando a Miguel. Aún hoy y tras casi 22 años, la AMB continúa exigiendo la aparición del cuerpo, secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido en la Comisaría Novena de La Plata el 17 de agosto de 1993. Sólo los policías Walter Abrigo y Justo José López fueron condenados a prisión perpetua acusados de tortura seguida de muerte, privación ilegal de la libertad e incumplimiento a los deberes de funcionario público. Otros policías que encubrieron el crimen obtuvieron penas menores.
López goza hoy del beneficio del arresto domiciliario mientras el cuerpo de Miguel nunca fue encontrado. La AMB aún exige la investigación penal al resto de los policías que estuvieron presentes en la Comisaría Novena la noche de la desaparición.
Omar Cigarán: para la fiscal está justificado el gatillo fácil de la policía
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Nota publicada en Cosecha Roja
- Si no entregás al guacho, mañana lo tenés muerto.
La última amenaza de la policía a Sandra Gómez, la mamá de Omar Cigaran, se cumplió. Hacía tres años que los oficiales de la comisaría Primera y Segunda de La Plata lo hostigaban. Habían intentado que vendiera drogas y robara para ellos. Cuando él se negó, se la juraron: lo detuvieron varias veces, lo golpearon y lo amenazaron. El 14 de febrero de 2013 un policía de Quilmes lo mató de un tiro. La causa se elevó a juicio pero la fiscal Ana María Medina se apartó del caso: para ella la muerte de Omar está justificada como legítima defensa.
La primera vez que la policía lo hostigó Omar tenía 11. La persecución más fuerte comenzó tres años después. En 2012 Chevarrito, un custodio de calle, no paraba de perseguirlo. A veces le pegaban adelante de Sandra. Omar y el papá fueron hasta la fiscalía y a Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad para hacer la denuncia. Fue peor: al papá lo golpearon y le exigieron que levantara la demanda. A Omar lo siguieron amenazando. Tres meses después del entierro, llegó la respuesta del Ministerio de Seguridad para que la mamá fuera a rectificar la denuncia.
“Omar estaba triste y cansado de que la policía lo molestara”, contó a Cosecha Roja Sandra. Un día antes del crimen, la fiscal Medina pidió el allanamiento de la vivienda a cargo de la comisaría Segunda y sin intervención del Fuero Juvenil -a pesar de que tenía menos de 18. Al día siguiente, el adolescente de 17 salió de la casa al mediodía y apareció muerto en el barrio Hipódromo de La Plata.
Lo mató Diego Walter Flores, un custodio de calle de Quilmes que nunca fue pasado a disponibilidad por las autoridades policiales y que hasta hoy sigue ejerciendo sus funciones. “Lo pusieron ahí para despistar”, dijo la mamá de Cigaran. Según la versión oficial, Flores vio un robo, Omar le apuntó y él le disparó. Para enfrentar el juicio el Ministerio de Seguridad le puso tres defensores.
Cuando apareció el cuerpo, la fiscal lo entregó a la policía para hacer las pericias. De esa investigación surge que entre los genitales Omar tenía un arma de fuego. El único testigo es Flores. La fiscal tampoco ordenó pruebas esenciales en casos de violencia institucional, como la obtención de muestras para determinar ADN y rastros en el arma aparecida. Ni siquiera hizo algo tan básico como dermotest del homicida.
La causa por el asesinato fue elevada a juicio y quedó radicada en el Tribunal Oral y Criminal N°4 a cargo de los jueces Bruni, Alegre y Caputo Tártara. La Justicia convocó a una audiencia para ver las pruebas a utilizar en las audiencias. “Nos notificaron unas horas antes, la defensa lo sabía con un mes de anticipación. Por ahora no hay fecha para la instrucción suplementaria que pedimos”, dijo a Cosecha Roja el abogado Juan Manuel Morente, de la Asociación Civil Miguel Bru, que representa a la familia de Omar.
Morente exigió hacer la reconstrucción de lo que pasó ese día. “Pedimos pruebas sobre el arma que le encontraron a Omar, ADN, barrido, testimonio de los forenses al ingreso y egreso de la morgue, los llamados de la radio policial, ampliación de la pericia y reconstrucción del hecho. Son pruebas que se tendrían que haber hecho, corresponden en cualquier caso”, dijo.
Toda la investigación la hizo la policía, por eso ahora hay otra causa abierta para determinar las irregularidades del caso. “Omar es otra víctima más de abandono por parte del Estado y de la Justicia. Vemos muchas madres pidiendo ayuda para sus hijos y nadie las escucha, mucho menos si el criminal es un policía. Además la familia se ve obligada a entender criterios como los de la fiscal y de asuntos internos, que fundamentan la inocencia del asesino de su hijo. En este caso podemos decir que Vara no se murió, Medina lo resucitó”, dijo Rosa Bru, presidenta de la AMB.