Gatillo fácil: Condenaron al ex policía Tartaglione
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Hoy el Tribunal Oral en lo Penal nro. 5 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, condenó a 13 años de prisión al ex capitán de la policía bonaerense Héctor Aníbal Tartaglione, acusado de fusilar a Jonathan Ezequiel Mesa de 16 años, el 26 de diciembre de 2004 en la localidad de Wilde.
La causa fue patrocinada desde 2006 por la Asociación Civil Miguel Bru (AMB) a través de los abogados Fabio Villarruel y, Belén Beyrne, representantes de la AMB y la familia Mesa. El fallo unánime fue suscripto por los jueces Guillermo Federico Piume, Pedro Raul Pianta y Maria del Carmen Mora.
Asimismo el tribunal dispuso la inmediata detención de Tartaglione, revocándole la excarcelación de la que venía gozando, y determinaron su inmediato traslado a una unidad dependiente del servicio penitenciario bonaerense.
“A mi me queda la sensación de que todavía hay jueces justos, estoy muy agradecido, solos no hubiéramos podido llegar hasta acá, el apoyo de la Asociación Miguel Bru y sus abogados fue muy importante” afirmó Ricardo, papá de Jonathan, al tiempo que agregó “tengo mucha emoción, nosotros vamos a hacer lo que podamos para que muchos tipos de estos no salgan a matar por matar.”
Por su parte María Inés, mamá del adolescente asesinado, dijo “al principio teníamos muchas dudas, no sabíamos que iba a pasar, pero al fin se hizo justicia, estamos conformes con el resultados y muy agradecidos.”
Por su parte Rosa Bru, fundadora de la AMB expresó que “en el debate también tuve mis dudas, como cualquier familiar que espera ansioso saber que pasará después de años de luchar pidiendo justicia por Jonathan. Pero luego de escuchar los peritos, los testigos, y hoy el veredicto, quedó claro cuál había sido la intención de de este sujeto, él fue a matar…era absurdo pensar en una legitima defensa cuando Jonathan recibió al menos tres disparos encontrándose desarmado, en el piso, boca abajo. Tartaglione salió a matar y quedo claro con todos los testimonios.”
“Después de más de seis años la familia no esperaba llegar a un juicio y menos con este resultado, estoy muy conmovida, para mi sinceramente fue de alguna manera un resarcimiento a tanto vaivén y dolor por lo que pasaron, lo viví muy emocionada como si se tratara de mi propio hijo”, afirmó Rosa, madre de Miguel Bru, secuestrado, asesinado y desaparecido en la Comisaría Novena de La Plata el 17/8/93.
7/4: Sentencia contra el ex policía Tartaglione por matar a un adolescente
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Mañana se conocerá la sentencia en el juicio contra el ex policía Héctor Aníbal Tartaglione, acusado de fusilar a Jonathan Ezequiel Mesa de 16 años, el 26 de diciembre de 2004 en la localidad de Wilde. La causa es patrocinada desde 2006 por la Asociación Civil Miguel Bru (AMB. El Fiscal Bernardo Schell pidió 13 años de pena por homicidio simple, al igual que los abogados Fabio Villarruel y Belén Beyrne, representantes de la AMB y la familia Mesa. El veredicto lo dará el Tribunal Oral y Criminal Número 5 a cargo del Dr. Guillermo Federico Piume, Dr. Pedro Raul Pianta y La Dra Maria del Carmen Mora, este jueves 7 de abril a las 9:30 hs en el departamento judicial de Lomas de Zamora.
El caso y los alegatos
En pleno mediodía Tartaglione fusiló a Jonathan Mesa, alegando luego que fue en defensa propia y para evitar que el adolescente se fugara, según sostuvo incluso su defensa en los alegatos. El lugar estaba lleno de gente en la calle, lo que muestra que podría haber generado una masacre.
Los abogados de la AMB alegaron, en base a todas las pruebas y los testimonios que se tuvieron en cuenta en el juicio, que luego de recibir los primeros disparos Jonathan soltó el arma Calibre 32 que tenía. Además esta quedó tirada a más 15 metros de donde murió el chico, y sin que se pudiera determinar que efectivamente hubiera sido usada por Jonathan. Lo evidente, afirmaron los abogados, es que el adolescente intentó apartarse de su agresor, como pudo, herido, cojeando, cayendo, y levantándose, arrastrándose, sangrando y dejando un reguero de sangre que demuestra que se desplazó por más de diez metros para alejarse de su agresor y finalmente morir tras unos canteros.
Además sostuvieron que esa huida en modo alguno puede interpretarse como una simple fuga, porque claramente el chico no podía hacerlo. Destacaron que según el informe de autopsia Jonathan recibió en su cuerpo siete disparos, dos de estos en el torso, provocando suficiente daño como para producir su muerte.
“Era imposible darse a la fuga en las condiciones en que se encontraba, con un el pulmón perforado dos veces, serias dificultades para respirar, para caminar, e imposibilitado de correr. Solo se movía por el impulso de aferrarse como podía a la vida, y era el instinto de supervivencia quien todavía la daba fuerza y le indicaba que lo único que lo podía salvar era alejarse de Tartaglione”, afirmaron en sus alegatos los letrados de la AMB. Asimismo destacaron que según testigos, entre ellos la Sra. Marcela Maceiras -madre de una niña que resultó herida cuando se encontraba jugando en la vereda-“el chico dejó el arma levantando las manos y diciendo “basta´”, pero Tartaglione siguió disparando, mientras Jonatan pedía por su mamá mientras caía, se levantaba, volvía a caer y se arrastraba.
“Por eso trataba de huir como podía, arrastrándose, para esconderse y guarecerse de las balas que atravesaban y surcaban su cuerpo y su prendas, huir y esconderse de quién ya había dictado su sentencia de muerte y la estaba ejecutando”, argumentó la abogada Belén Beyrne en su alegato.
Los letrados afirmaron también que Jonathan estaba indefenso tirado en el suelo cuando fue ejecutado por Tartaglione. Según las pericias recibió siete disparos en el cuerpo: uno en el pecho debajo del esternón, uno en la zona escapular– con orificio de salida a la altura de la clavícula, provocándole fractura expuesta de ésta, lo que indica que estaba en el suelo necesariamente- disparos en ambos glúteos, uno en cada pierna en la zona de la pantorrilla, uno de los cuales le fracturó la tibia.
Además las pericias sobre la ropa indican que recibió otros 5 disparos, que no lesionaron su cuerpo. Según los letrados apoderados esto demuestra que Tartaglione disparó al menos 12 veces. Se encontraron 3 proyectiles intactos dentro del cargador, lo que indica que contó con 15 balas, y que necesariamente habría usado otro cargador, lo que se condice con la declaración de la testigo Maceiras y de su hijo Jonathan Chiofalo, que se expresaron en este sentido. Ya que la capacidad del cargador era de 13, e incluso el propio imputado admite que ese era el número de balas que contaba en su pistola.
En este sentido los abogados de la AMB explicaron que también hay que tener en cuenta que no se consideraron en el conteo de balas usadas, la esquirla que pegó en Sabrina -la nena herida-, el proyectil 9mm que entró en el auto de Tartaglione, y otro de igual calibre que pegó en un FIAT 128 estacionado, ni los dos impactos en el frente de una casa, ya que bien podría tratarse de los balazos que impactaron en Jonathan o atravesaron sus prendas.
Recordaron además que en su testimonio Tartaglione mismo había dicho que no había escuchado ningún disparo de parte de Jonathan, y afirmó que luego de herir de dos tiros al chico ingresó al domicilio de los amigos que estaba visitando, y supuestamente convocó a una ambulancia -que nadie nunca vió- y también al comando de patrulla, y volvió a salir a la calle, donde siguió disparando al chico.
En su alegato, la abogada de la familia y la AMB resaltó que no se entiende para que salió, si ya lo había herido y llamado al comando de patrulla; y que si si pidió una ambulancia era supuestamente porque creía haber herido a Jonathan y, de ser así, el “peligro inminente” que Tartaglione dijo que corría ya no existía. “Nos preguntamos para qué salió nuevamente y disparó. Evidentemente su intención era matarlo y no defenderse” afirmó la letrada.
Por su parte los abogados de Tartaglione sostuvieron que el policía actuó en “legítima defensa”. Basaron su alegato en lo “peligroso” de la situación supuestamente para la vida de Tartaglione, que lo llevó a defenderse. Además, como en la mayoría de los casos de gatillo fácil, apelaron al “enfrentamiento armado”.
Gatillo fácil: primer jornada del juicio contra Tartaglione
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En el día de ayer comenzó el juicio contra el ex policía Héctor Tartaglione, acusado de fusilar a Jonathan Ezequiel Mesa de 16 años en el año 2004 a plena luz del día en la localidad de Lomas de Zamora. La audiencia tuvo lugar en el Tribunal Oral y Criminal Número 5 a cargo del Dr. Guillermo Federico Piume, Dr. Pedro Raul Pianta y La Dra Maria del Carmen Mora. La familia es patrocinada por la Asociación Miguel Bru a través de los abogados Fabio Villarruel y Belén Beyrne.
Jonathan Mesa murió el 26 de diciembre de 2004 de seis disparos, varios de ellos por la espalda y encontrándose en el suelo. El ex jefe del Comando de Patrullas de Berazategui, Héctor Tartaglione, lo mató argumentando que le había querido robar. Según aseguró Tartaglione, el joven le disparó previamente con su arma, por lo cual tuvo que defenderse. En ese contexto resultó herida una niña que se encontraba jugando en la vereda.
Horas antes de la apertura de la audiencia más de una treinta familiares y amigos de Jonathan se acercaron al departamento judicial de Lomas de Zamora. Ansiosos y expectantes con Carteles; fotos; leyendas con pedidos de justicia; pasacalles y volantes, se disputaron un lugar en la entrada del edificio. María Inés, junto a Ricardo -padres de Jonathan- esperaban atentos la asignación de la sala, donde alrededor de las 11 de la mañana ingresarían para presenciar el debate que llegó después de siete largos años de incertidumbre y dolor. Rosa Bru, presidenta de la AMB asistió al debate para acompañar a la familia y declaró tener esperanzas y agregó “confiamos en que se hará justicia y que este caso no quedará impune”.
A partir del crimen de su hijo la familia tuvo que esperar más de treinta meses para que a Héctor Tartaglione se le asigne el rol de imputado, en lugar de “testigo”, ya que la causa había sido caratulada en principio como “Tentativa de robo con arma”, y como en tantas otras, el imputado era presentado como la víctima.
Según el Dr. Fabio Villarruel los testimonios recabados en la mañana del martes 29 de abril arrojaron sustanciales aportes, “todos los testigos coincidieron que los disparos por parte de Héctor Tartaglione fueron sucesivos” lo cual agrava la situación del imputado. El argumento de la defensa sostiene que Tartaglione actuó en legítima defensa a lo cual cabe resaltar que Jonathan murió de seis disparos, varios de ellos por la espalda cuando ya se encontraba en el suelo.
La prueba que se produjo en la audiencia fue favorable y coincidió con las expectativas de la familia Mesa. Los alegatos serán el viernes 1 de abril a las 9:30 hs en el Tribunal Oral y Criminal Número 5 del departamento judicial de Lomas de Zamora.
29/3: Comienza juicio a ex policía por fusilar a un adolescente
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El martes 29 de marzo a las 9 de la mañana comienza el juicio contra el ex policía Héctor Tartaglione, acusado de fusilar a un joven de 16 años en el año 2004 a plena luz del día en la localidad de Lomas de Zamora. Los padres de Jonathan Mesa, María Inés Leguizamón y Ricardo Mesa, reclamaron que “tras siete años de dolor e incertidumbre esperamos que se haga justicia”. La audiencia tendrá lugar en el Tribunal Oral y Criminal Número 5 de Lomas de Zamora. La familia es patrocinada por la Asociación Miguel Bru (AMB) a través de los abogados Fabio Villarruel y Belén Beyrne.
Jonathan Mesa murió el 26 de diciembre de 2004, de seis disparos, varios de ellos por la espalda y encontrándose en el suelo. El ex jefe del Comando de Patrullas de Berazategui, Héctor Tartaglione, lo mató argumentando que le había querido robar. Según aseguró Tartaglione, el joven le disparó previamente con su arma, por lo cual tuvo que defenderse. En ese contexto resultó herida una niña que se encontraba jugando en la vereda.
El Tribunal que juzgará al ex policía está integrado por el Dr. Guillermo Federico Puime, el Dr. Pedro Dardo Raúl Pianta y la Dra. María del Carmen Mora, mientras que la fiscalía está encabezada por Bernardo Alejandro Schell. La AMB y sus abogados se presentaron como patrocinantes de la causa en 2006.
Previamente la causa había sido archivada por la fiscalía, sin siquiera agregar a la causa diligencias que constituyen el protocolo ante este tipo de caso, tales como la pericia balística, y con el argumento de que no podía establecerse quien era el autor del homicidio. No sin poco esfuerzo, se logró acopiar una a una las pericias, así como ubicar a los testigos que relataron como Jonathan recibió el primer disparo y se entregó alzando los brazos, tirando el arma y pidiendo piedad, antes de ser fusilado por Tartaglione, por la espalda y en el piso.
A partir del crimen de su hijo la familia tuvo que esperar más de treinta meses para que a Héctor Tartaglione se le asigne el rol de imputado, en lugar de “testigo”, ya que la causa había sido caratulada en principio como “Tentativa de robo con arma”, y como en tantas otras, el imputado era presentado como la víctima.
Siete años después del crimen de su hijo, la familia de Jonathan finalmente podrá acceder al juicio oral y público, que le dará la posibilidad de aproximarse a la verdad sobre la muerte de su hijo.
Acto por la Memoria, Verdad y Justicia
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La Asociación Miguel Bru, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, y otras organizaciones sociales y de derechos humanos, organizaron un acto por los 35 años del golpe de estado del 24 de marzo de 1976.
La concentración tuvo lugar en Plaza San Martín de la ciudad de La Plata, donde Oscar Alberto Rodríguez (APDH), acompañado por Rosa Bru (A. Miguel Bru) y representantes de las otras organizaciones leyó el documento en nombre de las agrupaciones de derechos humanos participantes.
A 35 años del golpe cívico-militar de 1976: Memoria, Verdad y Justicia
La dictadura más sangrienta de nuestra historia ha dejado en nuestra sociedad múltiples heridas, muchas de las cuales aún sangran.
30.000 detenidos desaparecidos, cerca de 500 niños (hoy adultos) arrebatados a sus familias, millones de trabajadores arrojados a la miseria en pos de una completa reestructuración productiva que transfirió miles de millones de dólares a manos del capital más concentrado y una sociedad con sus lazos solidarios gravemente dañados.
La ronda de las Madres de Plaza de Mayo fue la forma que el reclamo audaz y creador eligió como herramienta de protesta. Así, inscribieron las Madres la lucha que se daba en Argentina en la conciencia universal.
Treinta y cinco años después aún estamos restañando esas heridas y resta aún mucho por hacer. La lucha contra la impunidad que los organismos de derechos humanos llevamos adelante desde antes de finalizar la dictadura sigue adelante con el reclamo de celeridad y unificación de las causas por terrorismo de estado. Entre ellos, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Familiares de detenidos y desaparecidos por razones políticas, la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, HIJOS y Hermanos.
Buscamos a los chicos que fueron separados forzadamente y permanecen desaparecidos, ignorando su identidad. Ya encontramos a más de cien, pero nos faltan muchos todavía .
Aquí vienen las Abuelas a realizar la minuciosa y titánica tarea de recuperación de los niños y niñas apropiadas. Otro ejemplo para el futuro.
Luchamos por conocer la Verdad acerca de cada uno de los episodios que componen el terrible genocidio. Para eso promovimos Juicios por la Verdad en todo el país, aún cuando la impunidad nos cerraba las puertas.
La lucha de los organismos tuvo dos momentos de reconocimiento político. El primero, en los albores de la democracia, que comienza con la anulación de la ley de autoamnistía, la creación de la CONADEP de cuyos legajos de prueba aún hoy se nutren los juicios y que culminó con el histórico juicio a las juntas militares. El segundo momento se inicia con la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida que significaron una traba para la continuidad del proceso de juzgamiento. Se refuerza con las sucesivas y distintas decisiones judiciales que fueron declarando inconstitucional el indulto de los años 90 y, a partir de esas bases, comienza su tránsito. Ha significado, hasta el momento, una decisión política de profundización de aquella primigenia decisión de juzgar. En tal sentido, celebramos los juicios que se están desarrollando: Córdoba, Rosario, Santa Fé, Buenos Aires, Santiago del Estero, Salta, Tucumán, Neuqúen, Catamarca, Corrientes, Chaco, Bahía Blanca, La Pampa, en fin, a lo largo y ancho del país. Nos reconocemos en las decisiones de la Corte Suprema Nacional que han permitido abrir la puerta a la condena de los terroristas de estado. Y en su definición de que se trata de una política del estado argentino.
Reclamamos un país más justo, con la dignidad que otorga el trabajo y la satisfacción de todos y cada uno de los derechos humanos para todos y cada uno de sus habitantes. Bregamos por la progresividad de los derechos humanos que incluye, hacia el final del derrotero, la consagración de los derechos económicos, sociales y culturales.
[color=white]Exigimos investigación completa, profunda e independiente para las desapariciones de Jorge Julio López, Miguel Bru y Luciano Arruga, y para el homicidio de Silvia Suppo. Juicio y castigo a los culpables.
Llamamos a establecer mecanismos de promoción y protección efectivas de los derechos de niños, niñas y adolescentes que piensen en ellos como sujetos de derechos y no como carne de cañón de pretendidos sistemas de garantías que no garantizan más que la punición.
Procuramos el pronto establecimiento de un mecanismo nacional y mecanismos locales de prevención de la tortura amplios, democráticos e independientes, que nos permitan erradicar de los lugares de encierro esa gravísima violación a los derechos humanos .
Convocamos, para alcanzar estas metas, a redoblar esfuerzos en la militancia, la movilización y la unidad. Ese camino nos ha conducido a lograr lo que hasta hoy hemos conseguido. Multipliquemos la apuesta en la calle, en la lucha y en el reclamo, para la construcción de un futuro en conjunto, que nos encontrará emprendiendo las batallas que sean necesarias para garantizar la defensa irrestricta por los Derechos Humanos.
A 35 años del golpe cívico-militar de 1976 y en homenaje a los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos, levantamos las banderas de la Memoria, la Verdad y la Justicia.