Vigilia por Miguel Bru
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El 17 de agosto se cumplen 24 años desde que Miguel Bru - estudiante de periodismo- fue torturado, asesinado y desaparecido en la Comisaría Novena de La Plata. Como todos los años el jueves se realizará la ya histórica vigilia frente a esa dependencia policial -en calles 5 y 59 de La Plata- desde las 19 y hasta las 2 de la mañana, horario que quedó demostrado en el juicio oral y público que a Miguel lo ingresaban en la comisaría, lo torturaban hasta la muerte y lo sacaban ya sin vida.
En la vigilia estarán presentes familiares de víctimas de violencia institucional, y exigiremos por la aparición con vida de Santiago Maldonado, desaparecido desde el 1 de agosto luego de que gendarmería entrara a balazos en la comunidad mapuche, Lof Cushamen, en Chubut. El encuentro contará con una radio abierta, proyecciones y muestras de los talleres de jóvenes y adolescentes que participan de la Casa de Cultura y Oficios Miguel Bru, música en vivo y la Murga Conventillo Nacional.
Miguel tenía 23 años cuando lo desaparecieron. La vigilia es un homenaje y una conmemoración simbólica que se realiza desde el año 2000 para reclamar la aparición de su cuerpo. En estos 24 años de lucha ya se realizaron más de 36 operativos que no arrojaron resultados. Su familia y la Asociación continúan pidiendo que López, el único detenido en la actualidad, el resto de los policías implicados en la desaparición, y cualquier persona que pueda brindar algún dato, cooperen para poder encontrarlo, y cerrar una herida que aún sigue doliendo como el primer día.
24 años de lucha
Como organización sabemos lo largo que puede ser el camino para quienes buscan justicia en una Argentina marcada por el terrorismo de Estado. Pasaron 24 años desde que Miguel Bru fue desaparecido en plena democracia, por policías de la Comisaría Novena de La Plata. Desde el primer día, sus familiares y amigos transitan un largo y doloroso camino para encontrarlo. Atravesaron años de incertidumbre siguiendo activamente el paso a paso de una investigación difícil, viciada de encubrimientos y complicidades entre el poder judicial y la policía bonaerense.
En 1998 se debió promover un jury de enjuiciamiento al ex Juez Amílcar Vara, que fue apartado de la justicia por encubrir a la policía en la causa de Miguel y en al menos otros 26 casos. Esto permitió llegar al juicio oral, y conocer la trama del crimen en el que fueron condenados a prisión perpetua los ex policías Walter Abrigo y Justo López, por torturas seguida de muerte, y el ex comisario Domingo Ojeda y el ex oficial Ramón Ceressetto por encubrimiento. Durante el debate oral y público, no dieron un solo dato para poder encontrar a Miguel. Por lo que ese mismo año, en 1999, se abrió en la UFI Nro 4 una nueva investigación para hallarlo. En el 2010 la causa por la desaparición quedó en manos del fiscal Fernando Cartasegna, con quien literalmente se perdieron siete años en la búsqueda como consecuencia de su desidia, inoperancia y negligencia. Cartasegna hoy fue separado del cargo y está denunciado penalmente por serias irregularidades, mientras avanza un jury de enjuiciamiento en su contra.
Rosa Bru venía denunciando las irregularidades en su accionar y marcando el incumplimiento de sus deberes de funcionario público. Había pedido el cambio de fiscal, pero el Poder Judicial se empecinó en no escucharla. De hecho el 17 de agosto del año pasado se encadenó a los Tribunales junto a un grupo de madres de víctimas de la violencia institucional para dar visibilidad a este reclamo. Actualmente es el fiscal Martini quien tiene a cargo la investigación y asumió explícitamente el compromiso de hallar a Miguel. Recientemente el Ministerio de Seguridad elevó la recompensa para quienes aporten datos concretos que permitan encontrar a Miguel.
Hoy el único detenido por su muerte y desaparición es Justo López, quien volvió a estar preso el mes pasado después de tres años de libertad condicional, tras un fallo de la justicia en el que entre otras cosas se subraya su falta de cooperación para hallar el cuerpo de Miguel. Como ha declarado en diversos medios, Rosa sostiene que “si tras tantos años de silencio aporta la información de dónde encontrarlo, no me opondría a que recupere su libertad condicional. Lo único que quiero es encontrar a mi hijo y así terminar con este calvario que sufrimos con la familia desde hace 24 años, y que la justicia ponga todos los medios disponibles para cumplir con el derecho a la verdad de saber dónde está Miguel.”
Acto por Marcelo Montenegro
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A cinco años del crimen de Marcelo Montenegro, se realizará un acto homenaje el próximo sábado 29 de julio a las 15 horas en Zuviría y Luis Alberto Herrera, Manzana 29, Módulo 44, Villa 15 (Ciudad Oculta). En septiembre comienza el juicio contra Emmanuel Alejandro Díaz, Mario Nicolás Medina y Diego Marcelo Calderón, por entonces policías de la Comisaría 48, imputados por su homicidio.
Marcelo “El Pela” Montenegro tenía 21 años. Hacía changas, trabajaba en la panadería del barrio y también como ayudante de albañil. Todos los días saludaba a sus vecinos de la villa 15. Le encantaba jugar en la canchita. Pero cinco tiros impactaron contra el auto en el que viajaba la noche del 7 de julio de 2012 : uno alcanzó para arrebatarle la vida.
Marcelo iba en su auto junto a un amigo cuando los policías de la Comisaría 48 Emmanuel Alejandro Díaz, Mario Nicolás Medina y Diego Marcelo Calderón, comenzaron a perseguirlo. En la intersección de la Avenida Piedrabuena y Saraza, el auto en el que viajaban los jóvenes chocó contra un paredón. Según declararon los vecinos, luego los efectivos comenzaron a disparar, una de esas balas atravesó el baúl, el asiento trasero del auto e impactó en el tórax de Marcelo.
Los policías argumentaron que persiguieron el auto tras recibir una supuesta alerta por un robo. Según el informe de la policía, Montenegro disparó desde el Twingo mientras era perseguido, aunque no hay ninguna prueba de ello. La autopsia también determinó que Marcelo tenía una herida de proyectil sobre los labios que no concuerda con la dirección de los tiros disparados durante la persecución. Un policía de la misma Comisaría 48 dijo que encontró a 300 metros la supuesta arma que, según los efectivos, tenía Montenegro. Lo llamativo es que el registro del sistema de radio de los patrulleros dio cuenta de que el tiroteo fue avisado por los policías después de las comunicaciones relativas a la persecución y el choque del Renault Twingo que manejaba Marcelo.
A partir de declaraciones de los vecinos se constató que la policía no disparó durante la persecución sino que comenzó a los balazos cuando el auto ya había chocado y estaba detenido.
Entre varias de las irregularidades cometidas esa noche una de las más llamativas es la persecución, el choque contra el paredón y los disparos que ocurrieron alrededor de las 3.30 de la madrugada. Sin embargo, el juez dispuso la intervención de la Gendarmería 13 horas más tarde. Además la Comisaría 48 quedó a cargo de la conservación de la escena y las pruebas.
En octubre de 2015 el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción n° 38, a cargo de Susana Wilma López, elevó a juicio la investigación contra los policías Emmanuel Alejandro Díaz, Mario Nicolás Medina y Diego Marcelo Calderón por el homicidio agravado de Marcelo Montenegro, medida ratificada por la Cámara del Crimen.
Hoy los tres policías están suspendidos. No pueden realizar funciones hasta que se resuelva la situación judicial.
María Sucarrat presenta su libro sobre la vida de Carlos Mugica
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María Sucarrat presenta su libro El inocente, vida, pasión y muerte de Carlos Mugica, junto Ricardo Carrizo, Pitu Salvatierra y Mariano Recalde, el sábado 17 de junio a las 15 hs. en el SUM que queda en Manzana 28, Casa 16, en Ciudad Oculta
La autora, editora y secretaria de redacción en Crítica, Tiempo Argentino, Noticias, Cosecha Roja, e integrante de la Asociación Civil Miguel Bru, presenta su libro, en este caso la segunda edición que llegó de la mano de Página 12 y se puede comprar en los kioscos de diario.
Además de la cantidad de material, fuentes y entrevistas, incluye parte del archivo sobre la vida de Mugica que le brindó el Padre ‘Pichi’ Meisegeier.
La Fiscalía General debe responder por la causa de Miguel Bru
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Desde la Asociación Civil Miguel Bru, denunciamos el aparente “extravío” del expediente de once cuerpos que investiga el paradero del estudiante de periodismo desparecido en 1993 por personal de la policía bonaerense. La causa se tramita en la UFI 4 a cargo del ahora investigado Fiscal Fernando Cartasegna. Repudiamos la falta de garantías y cuidado de la causa, exigimos a los responsables una investigación urgente, clara y precisa para que aparezcan las más de 2200 fojas que contienen los datos de la causa
Hace pocos días el Fiscal General Héctor Vogliolo, denunció presuntas irregularidades en distintas causas que llevaba adelante el Fiscal Cartasegna, tras un informe de los 3 fiscales que quedaron a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción Nº4, luego del episodio que lo tuvo como presunta víctima a principios de mayo. Es de conocimiento público que una de las causas que tramitaba en dicha Fiscalía es la que investiga el paradero de Miguel Bru. La causa se abrió en 1999 en la UFI 4 y desde hace 7 años está en manos de Cartasegna. Rosa Bru, Presidenta de la AMB, viene pidiendo hace años que se aparte al fiscal Cartasegna de la causa por negligencia e inoperancia. De hecho en el aniversario de la desaparición de Miguel en el 2016, Rosa junto a un grupo de madres de víctimas de la violencia institucional se encadenaron en tribunales por este reclamo.
Esta mañana y ante la noticia de la posible ausencia de la oficina de Cartasegna, de las 2200 fojas que constituyen la investigación, la Presidenta de la entidad se acercó hasta la Fiscalía General, dónde se repitió una constante en todos estos años: la falta de respuesta. Aunque Rosa no pudo ser recibida por Vogliolo sí pudo constatar que aún no ha llegado a la justicia una denuncia concreta sobre la ausencia de los expedientes.
24 años después de la desaparición de Miguel y tras treinta y ocho rastrillajes inútiles para encontrar su cuerpo, la posible pérdida del expediente de la causa donde se investiga su paradero de la fiscalía de Cartasegna es un eslabón más en esta cadena de impunidad, cuya resultante es que hasta el día de hoy sigamos reclamando por su aparición. Siempre lo dijimos desde el primer día, no hay maldita policía sin maldito poder judicial. El poder Judicial que debería brindar la respuesta sigue manifestando su desprecio por esta causa, y su falta de interés de llegar a la verdad. Esto se da un escenario que nos preocupa, por las vinculaciones del nuevo jefe de la bonaerense Fabián Perroni, con los asesinos de Miguel y su accionar en la maldita policía de los noventa, lo que desnuda la estrategia que tiene en la provincia la alianza gobernante Cambiemos.
A la luz de los hechos la búsqueda de verdad la encabezan los familiares, las organizaciones, un conjunto de actores que se movilizan, organizan y reclaman en pos de que los administradores de la justicia cumplan con su responsabilidad y brinden respuestas.
Hace 24 años que hacemos la misma pregunta: Dónde está Miguel. No vamos a bajar los brazos, Rosa como siempre nos guía en este camino de lucha tan sacrificado fundamentalmente para ella, la mamá, pero con ese amor y ese esfuerzo inconmensurable, más la solidaridad y el acompañamiento de muchísima gente vamos a continuar exigiendo justicia.
Rosa Bru sobre el nuevo jefe de la Policía Bonaerense
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“Yo tengo la duda. Si Perroni y Abrigo eran compañeros y usaban el mismo modus operandi, no veo por qué no puedo pensar que el nuevo jefe de policía sepa dónde está mi hijo. Abrigo también fue condenado por el secuestro y la tortura de Roberto Abel Díaz. A pesar de que Perroni no fue señalado en una rueda de reconocimiento pero sí pasó dos años en disponibilidad. Fue compañero de Abrigo, quien fue condenado y murió en la cárcel”. Rosa Bru se manifestó así ante el nombramiento de Rubén Fabián Perroni como nuevo jefe de la Policía Bonaerense.
Perroni fue compañero de Walter Abrigo, uno de los policías condenados por el asesinato del estudiante de periodismo de la Universidad Nacional de La Plata Miguel Bru. Ambos fueron juzgados por torturas y apremios ilegales cometidos entre 1992 y 1993, una modalidad que los agentes de calle utilizaban en la Comisaría Novena de esa ciudad. Aunque todavía no fue designado oficialmente, fue elegido por la gobernadora María Eugenia Vidal para ocupar el puesto del desplazado comisario Pablo Bressi. La denuncia por torturas y apremios ilegales en la comisaría novena y su pase a disponibilidad por dos años lo unen a los policías que desaparecieron a Miguel Bru.
La prácticas cometidas durante los años 1992 y 1993, por las que lo juzgaron en 1997, son similares a las usadas por “los efectivos de calle” de la novena. En aquel entonces, Perroni fue compañero de Walter Abrigo, el policía que murió en la cárcel sin decir dónde está el estudiante de periodismo. En 1992, era oficial inspector y trabajaba en esa comisaría de La Plata. Había sido convocado para investigar a una banda que asaltaba carnicerías. La policía buscaba por esos presuntos robos a Rubén Isidro Silva, de 43 años. Varios agentes allanaron su casa, en 29 entre 514 y 515, en Ringuelet, pero no lo encontraron. A cambio, la destrozaron y se llevaron a Julio César Medina, un amigo del acusado: Medina quedó detenido en la novena.
La novia de Silva alcanzó a avisarle y el hombre hizo la denuncia ante la Justicia por el allanamiento y el secuestro de su amigo. Entonces el juez penal platense Ernesto Domenech ordenó la inmediata detención de Perroni y los procesamientos de los policías Walter Abrigo y Juan Domingo Ojeda, luego de acreditar que en la novena aprovechaban ese tipo de procedimientos para “inventar hechos y cargos”.
Los tres quedaron libres. Un año después, en 1993, con el mismo modus operandi, Miguel Bru, fue secuestrado y torturado hasta su muerte también en la novena. Allí estaba, otra vez, Walter Rubén Abrigo, y Juan Domingo Ojeda, quien era el comisario.
De la novena, Perroni fue pasado a la décima y luego a la División de Delitos Económicos de la Policía Bonaerense. Cinco años después, en 1997, el juez Domenech imputó a Perroni y a Abrigo por “Torturas y violación de los deberes de funcionario público” y ordenó detenerlos. Al primero lo acusó de torturar a Julio César Medina y al segundo a Miguel Bru.
Perroni fue sobreseído, exento de sanción disciplinaria y reincorporado a la fuerza. Ahora es el jefe interino de la Bonaerense.
Sus por entonces compañeros Abrigo y Ojeda, fueron juzgados en 1999 por la desaparición de Miguel Bru, luego del juicio político al ex juez Amilcar Vara, cuya destitución en 1996 permitió avanzar con la investigación. Abrigo y Justo José López fueron condenados a prisión perpetua, acusados de tortura seguida de muerte, privación ilegal de la libertad y falta a los deberes de funcionario público. Ojeda fue condenado a dos años de cumplimiento efectivo de la pena, pero recuperó su libertad con sólo ocho meses de prisión, al igual que el oficial Ramón Cerecetto.
Abrigo murió en la cárcel sin jamás haber revelado dónde están los restos de Miguel Bru y habiendo recibido la condena de 4 años por el caso Díaz. Ojeda, al igual que Abrigo y López, nunca dio un dato que permitiera encontrar el cuerpo de Miguel.
Miguel Bru fue detenido en la noche del 17 de agosto de 1993 por policías del servicio de calle de la comisaría novena -de la cual Abrigo era el jefe, López uno de sus integrantes y Ojeda el comisario-. Según contaron los testigos que estaban detenidos en esa dependencia, lo torturaron y luego se lo llevaron en un auto. A pesar de las 37 pistas surgidas y los rastrillajes realizados en estos casi 24 años, nunca apareció el cuerpo. Su familia, amigos y compañerxs de la Asociación Miguel Bru, continúan buscándolo.