22
Oct
2009
Jonathan y Ezequiel: dos pibes más en la lista de la Federal
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Categoria: Noticias
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La última vez que se los vio fue el miércoles 8 de julio. Jonathan “Kiki” Lezcano de 17 años y Ezequiel Blanco de 25, salieron en un remis a las 7 de la tarde de Lugano- su barrio- y desde ese día no se supo más nada de ellos. Dos meses después fue hallado el cuerpo de Ezequiel en una morgue judicial y el de Jonathan sepultado como N/N en el cementerio de Chacarita.
“Nunca nadie le avisó a la madre”, cuenta Juan Manuel Combi, abogado de la familia Lezcano, en entrevista con “De Igual a Igual”, “se enteró cuando se dirigió a la fiscalía 44 y le dijeron que allí había alguien que faltaba identificar, pero que por las características podía ser su hijo”.
Para ese entonces Ezequiel ya había sido reconocido y en el juzgado 49 constataron que también Jonathan estaba en la morgue. Sin embargo cuando fueron allí, les informaron que ya había sido enterrado.
Un mes antes personal de la Comisaría 52 se había acercado hasta la casa de uno de los chicos para advertirle a Angélica, la mamá de Jonathan, que lo cuidara, porque algo malo le podía pasar y que “si no lo mataban ellos, lo mataban los del fondo”. El día previo a la desaparición, dos oficiales a bordo de una moto de la Cría 5ª pasaron por sus casas sacando fotos y diciendo: “Mirá que a vos ya te salvamos una vez, pero la próxima no. Vamos a ser tu sombra”.
La autopsia indicó que fueron fusilados el mismo día que desaparecieron. El caso fue caratulado como robo automotor con armas, y el responsable, un uniformado de la seccional 12ª, Daniel Veiga, sobreseído por considerar que “actuó en legítima defensa”. Sin embargo a los chicos no se les encontraron armas, y la muerte fue provocada por tres tiros (dos al mayor y uno al menor) a corta distancia, con lo cual no hubo posibilidad de enfrentamiento.
La decisión estuvo a cargo del Juez Facundo Cubas, del Juzgado de Instrucción Nro. 49 y fue apelada por Juan Manuel Cambi. Pero tanto este último recurso, como la querella con los argumentos en contra de la resolución, fueron denegadas por esta autoridad judicial argumentando que “habiéndose efectuado el sobreseimiento, ya no hay motivos por los cuales querellar”.
Hoy Combi vuelve a intentar hacer justicia presentando ante la Cámara Nacional de Apelaciones, un recurso de apelación por la querella denegada por Cubas, y resalta que “cuando se trata de una familia humilde, pobre, como también fue el caso de Luciano Arruga los juzgados no mueven la causa”. Hasta el momento tampoco se ha abierto una investigación sobre el ocultamiento de ambos cadáveres.
La impunidad continúa. Hace tres semanas, la mamá de Jonathan fue detenida por personal de la Cría 52, por defender a unos chicos del barrio a los que estaban maltratando en un patrullero. Después de reconocerla, la subieron también a ella, le pegaron, y le gritaron “a tu hijo lo mataron como un perro porque era un chorro, negra”.
ANTECEDENTES
No es la primera vez que el Juez de Instrucción Facundo Cubas interviene a favor del personal policial. En el año ’99 archivó por “falta de pruebas” la causa por la cual Hugo Norberto Sbardella, “el Carnicero” para los presos que supieron de su paso, debía ser sometido a juicio por moler a palazos a un preso de Devoto en el ’98 hasta dejarlo ciego.
No obstante, dicha causa fue recuperada por Procuración Penitenciaria y caratulada como “Lesiones gravísimas”, lo cual implicaba una condena de diez años, pero el SPF (Servicio Penitenciario Federal) presentó un escrito redefiniendo lo hechos, y Cubas volvió a cambiar la carátula a “exceso en legítima defensa”, lo cual eliminó la condena original para el agresor.
Hace tres meses, Sbardella estuvo a punto de asumir como jefe de Devoto por considerarse que “tenía el perfil para dirigir un penal complicado”, pero la acción de organismos de Derechos Humanos, y del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), impidió que eso sucediera.