26
Ago
2012

Gatillo fácil: Inspección en la Comisaría Primera de Berisso

Escrito por ambru el 20:29 9 comentarios
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domiguezrosa-web.jpg El viernes 24 de agosto se realizó una inspección ocular en la Comisaría Primera de Berisso, en el marco del juicio que se lleva a cabo por el crimen de Cristian Domínguez, quien apareció ahorcado en la celda de contraventores en 5 de febrero de 2005. Las audiencias se retoman el próximo lunes 26 de agosto a las 9 de la mañana en los tribunales platenses.

Por la muerte de Domínguez son juzgados los ex policías Luciano Príncipi, Germán Cernuschi y Víctor Gómez –acusados de “torturas seguidas de muerte”, todos detenidos- y el ex ayudante de guardia Leandro Antonelli, por el delito de encubrimiento y de falsedad documental.

La medida de prueba fue solicitada por el abogado Julio Ricardo Beley, defensor de Príncipi, a partir del testimonio de varios ex detenidos. Estos testigos coincidieron en haber escuchado que golpeaban a un hombre en el calabozo de contraventores, y que luego de un silencio total, sintieron voces que murmuraban y se reprochaban entre sí. Afirmaron que las golpizas eran habituales dentro de la comisaría, tanto para los contraventores como para los detenidos con causa.

De la recorrida participaron los ex policías Víctor Gómez, Luciano Príncipi y Germán Cernuschi, quienes permanecieron esposados, los jueces y los abogados de ambas partes. Los padres de la víctima, Pedro Domínguez y Norma Garnica, ingresaron abrazados a la seccional luego de acariciar la placa de bronce colocada en memoria de su hijo en la puerta de la dependencia.

Los jueces del Tribunal Oral Criminal III de La Plata, Ernesto Domenech, Florencia Butiérrez y Liliana Torrisi inspeccionaron en detalle el lugar que presentaba un orden y limpieza pocas veces visto en una seccional bonaerense, aunque los calabozos mostraban precarias condiciones de alojamiento. Los magistrados sacaron fotos y cuando ingresaron a la celda de contraventores compararon el lugar con las pericias planimétricas y fotografías que están acumuladas en el expediente.

Las partes además esperan los resultados de una pericia caligráfica realizada al libro de guardias, en los laboratorios de la Asesoría Pericial de la Suprema Corte. Las conclusiones del informe serán claves para las defensas de Leandro Antonelli y Víctor Gómez.

La fiscal del juicio es Rosalía Sánchez. La familia es patrocinada por la Asociación Civil Miguel Bru, a través de los abogados Ernesto Martín, Pablo Oleaga y Marcelo Ponce Nuñez. La defensa de los imputados está a cargo de los abogados Eduardo Caniggia y Víctor Hugo Nanni (para Gómez, Cernuschi y Antonelli), mientras que Julio Beley representa al ex policía Luciano Príncipi.



Los testimonios

La semana pasada varios ex detenidos afirmaron que la noche del crimen se escuchaban gritos que venían del calabozo de contraventores, golpes y que un hombre lloraba y pedía “dejá de pegar”. Los relatos coinciden en que luego se oyeron muchos pasos y que los policías discutían diciendo “ ¡que hacés boludo !”, “se murió el pibe!”, además pudieron oir que alguien decía “¿q vas a hacer con el cuerpo ?” y “no te hagas problema que le sacamos el cinto”.

También declaró Guillermo Javier López, de la morgue policial, sobre pruebas esenciales que desaparecieron y nunca llegaron a la asesoría pericial. Estas fueron retiradas por personal de la morgue policial sin autorización, a pesar de que el fiscal había dispuesto lo contrario. En ese momento ya existía un fuerte cuestionamiento sobre lo mal actuado en la morgue policial en la primera autopsia, por lo cual se debió practicar una reautopsia. Cuando finalmente las pruebas ingresaron a la asesoría pericial habían desaparecido los paquetes vásculo-nerviosos, una de las pruebas claves que evidenciaban que el joven había sido ahorcado y no que se había colgado con su cinturón, como sostiene la versión policial.

Por otro lado, también prestó testimonio un perito en rastros de policía, que demostró una incapacidad mas que “llamativa” y su total falta de voluntad de investigar no llevando adelante medidas elementales, como eran las pericias sobre el cinto y una reja del fondo de la comisaría. Según los abogados de la familia, quedó claro que había sido inducido por los propios policías sospechosos quienes tuvieron a su cargo la instrucción.